Capitulo 30

1.3K 86 3
                                    

-No me mires con esa cara, que yo no he matado a nadie.-Comentó, tras un largo y tenso silencio.- Es más, cuando te vayas dudo que vuelvas a querer verme. Tenía que decirtelo.

Despues de semejante gilipollez, no le respondí nada. Realmente era de estupidos responder a una tonteria semejante. Por momentos creí que se reiría, diciendo que era una broma. Almenos eso sería mejor que.. esto. Una situación tensa, porque piensa que me creeré semejante idiotez. Va tibio.

-¿Y que ganas con ello?-pregunté, tras levantarme de la tumba de mi madre.

-¿Por qué habria de ganar algo?

-La gente no hace las cosas si no es para ganar algo a cambio.-Añadí, andando de regreso a la parada del autobús.- Y ahora dirás que eres diferente.

-¿Para qué? No me creerás.

Reprimí una carcajada ante aquel tono de niño resignado. No me costó imaginarmelo sentado en una silla, con los hombros caídos y mirando al suelo.

-¿Alexandra, si Samuel te dijera que le gustas le respoderías de la misma forma?

Claramente no. Sería una respuesta mas violenta, dado que.. pues.. él y yo compartimos.. una experiencia desagradable. Muy desgradable. Exacto, no me gustó en absoluto.

-Es imposible que el dijera eso. Tiene novia.-Respondi, apresurada el paso.-.Y como tú me conoces hace aún más imposible que digas la verdad. ¿Quién en su sano juicio se enamoraria de una chica como yo?

Nadie. Una chica que tiene el cuerpo lleno de cicatrices, que es golpeada amenudo e incapaz de ser amable. Eso sin añadir que fue la culpable de la muerte de su madre, y obedecerá a su progenitor, tirando todos los recuerdos que tiene de ella.

Alguien sin fuerza de voluntad no es agradable para nadie.

-Alguien que sabe por lo que has pasado. Alguien que no le importa como te ves, sino como..

-¿Soy?-le interrumpí.-Soy borde, odio a la gente. ¿No te has dado cuenta?

Dereck era imbécil perdido. Cada día perdía lentamente la poca cordura que le quedaba. ¿Enamorarse de mi? Se estaba pasando con la absurda bromita.

-¿Por que te molesta tanto que me enamore de ti?

-Porque es irracional. No tengo nada de bueno.-Insistí.

Me senté en banco de la parada del bus, que estaba vacía. Lentamente el cielo iba oscureciendose, y las farolas como guías comenzaban a iluminar tenuemente la calle.

Seguramente la mujer desconocida del cementerio se habría ido a su casa. Desde la intromisión de Dereck no pude seguir estando allí. Su presencia, me desagradaba, como sí estuviera mirándome todo el rato.

-Insistes en que no tienes nada de bueno, a la vez que yo veo otra cosa.

-¿Que ves?- pregunté, cansada del tema. Sin duda, debería haber cargado el móvil.

Dereck se sentó a mi lado, pero no pude mirarlo a los ojos. No me gustaba la incomodidad que sucedía cuando alguien te miraba a los ojos y lo imitabas. Fijé mi vista en una tienda de ropa de la otra acera, que estaba cerrando.

-Veo a una chica que se siente sola pero quiere ser fuerte y no lo dice. Una chica, que intenta alejar a todo el mundo de ella, porque piensa que todos son iguales a los que la dañan.-Susurró.

Aquella atmósfera e intimidad que nos rodeada comenzaban a incomodarme. Además de su proximidad...

-¿Pensaste que sería una presa fácil no?-pregunté hiriente.-Sí te quieres tirar a una presa fácil puedes ir con Hucha-Collins, estoy segura de que añadirá tu pene a su colección.

Aquello fue lo último que dije. El autobús llegó inmediatamente después y sólo yo subí. Dereck se quedó sentado con la cabeza agachada.

Ya era hora de que reconociera su lugar.

Quiero un beso bajo la lluviaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora