Capítulo 80

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-Dame dos razones para que no te eche a patadas ahora mismo.- Gruñí, dejando una botella de agua sobre la barra, con un golpe seco.- Ya estás tardando.

Ver su rostro, me molestaba sobretodo porque me hacía recordar esas noches en las que llegaba borracha a casa y se ponía a gritar y golpearme por no ser capaz de hacerla feliz. Y la sensación de impotencia que me invadía era un sentimiento que odiaba.

-Me amas.- Sonrió, mientras cogía la botella y bebía un sorbo con demasiada calma.- Y segundo, estoy embarazada.

Tardé varios segundos en captar el sentido a la frase. Y otro par de segundos en encontrar algo con sentido que decir entre la lluvia de ideas que azotaron mi mente.

-¿De quién?-conseguí decir, atónito, mirándola a los ojos.

El primer reflejo de un hombre al pensar en ello es "¿de quién?". Y yo no habría de ser menos.

-Del Espíritu Santo, no te jode.

-Sophia esto es muy serio.-Volví a alzar la voz, molesto.- ¿De cuanto tiempo?

-Tres semanas.-Respondió con una sonrisa de satisfacción.

No era mio. En ese tiempo yo ya habia conocido a Alex, y luego de eso... no quise tener nada que ver con ella.

-Pues no sé con quién te has acostado pero ese niño no es mio. Hace mas de dos meses que no nos acostamos.

-¿No te harás responsable de tu hijo? Primero me golpeas por abrazarte- alzó la voz para que la oyesen los clientes- y luego esto... no te reconozco...- se secó una lágrima falsa- la culpa es de esa chica... con la que me engañas...

Noté las miradas de desaprobación de los clientes fijadas en mì y tensé la mandíbula. ¿Qué demonios pretendía aquella mujer?

-¿Que quieres?- susurré asesinándola con la mirada.

-Volver.

-No puede ser.- Respondí automáticamente.- Otra cosa.

-Solo quiero eso.

En mis planes no entraba volver con Sophia y mucho menos hacerme cargo de un niño que ni de lejos era mio. Además... siempre habiamos tomado precauciones... Ni por asomo ese hijo, si realmente existe y no es un maldito cuento, es mio.

-Señorita, la invito a abandonar el establecimiento.

Salí de detrás de la barra y cogí a Sophia por el brazo, llevandola con...vale, sin ningua suavidad, pero se lo merecía. Venir aqui a contar eso... hay que ser rastrero.

-¿Y ahora que haré? Estando embarazada no conseguiré trabajo...

-Aprovecha antes de que se te note y ahorra. O vuelve a casa con tu exmarido, seguro que te recibirá con los bra...

No acabé la frase. Sophia me abofeteó en la puerta de la cafeteria, frente a todos esos que me miraban con desaprobación hace un rato.  Ella abandonó el local como un huracán y expresado su desaprobación de mi actitud con insultos varios.

-¿Que ha pasado?- preguntó mamá, saliendo de la cocina.- He oído gritos.

-Sophia.

Mi madre y yo no cruzamos mas palabra en toda la tarde si no respectaba a trabajo. En mi mente solo habia una cosa... investigar donde Emilio habia llevado a Alex. Necesitaba verla... saber que estaba en un lugar seguro y que nadie se aprovecharía de ella.

Quiero un beso bajo la lluviaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora