Desperté a las siete y media, notando como algo se clavaba en mi espalda. Mi primera reacción fue coger aquel objeto y lanzarlo al suelo, despues de eso fui consciente de que "aquello" era mi móvil... y contra lo que habia impactado no eran nada mas y nada menos que los botines de Tatiana. Por suerte, con sus ronquidos atronadores el ruido que hizo el movil demoníaco pasó desapercibido. Recogí el conjunto de piezas que conformaba el movil desmontado, alegrandome al ver que no habia muerto. Intacto.
-Del demonio.. buena calidad señora..-murmuré, intentando montarlo.
A los cinco minutos de intentarlo mandé aquel aparato al interior del bolso tras descartar la idea de lanzarlo por la ventanilla. Mi aprecio por aquel objeto crecía por momentos, nótese el sarcasmo.
Cogí mi neceser y salí del compartimento dirección al baño mientras agradecía infinitamente el silencio tras dejar a la rugidora descansar. Abrí la puerta y la volví a cerrar tomandome el tiempo de cerrarla bien aunque con algo de dificultad por culpa del estúpido balanceo.
-Si la mañana va asi.. imagínate la.clase de energúmenos que te espera en tu destino..-murmuré mirándome al espejo.- Alexandra, cariño te ves peculiarmente horrible esta mañana.
Esbocé una sonrisa sarcástica y me lavé la cara con agua fría no, lo siguiente. Por un segundo crei que aquel líquido maligno era nitrògeno líquido.
Si algo puede salir mal, saldrá mal. Murphy y su lógica que tanto me encantaba.
Cerré el grifo del líquido desconocido y frío, temblando. Miré mi reflejo nuevamente y tenía los ojos muy abiertos.
-Alexandra, tienes una suerte que no puedes con ella...
Tras hacer acopio de todo el valor que poseía mi tembloroso cuerpo, decidí lavarme los dientes. Claramente, usando lo mas mínimo posible aquella cosa. Podrìa, incluso, decir que mi mano temblaba de anticipación antes de acercar el cepillo de dientes bajo el grifo.
Tras acabar de asearme, salí del baño con mi cabeza en un estado similar al de Walt Disney y atravesé el pasillo corriendo para lanzarme desde la puerta del compartimento a la cama.
Y la lógica de Murphy me azotó de nuevo.
-Yo me voy a cagar en...-mascullé sujetandome la cabeza tras habermela golpeado la maldita pared.
El karma... por el móvil, tenía que ser eso. Tanta mala suerte en un período de tiempo tan corto... era físicamente imposible. Me froté la cabeza y busqué a tientas el móvil para intentar montarlo, esta vez con frutos. Apenas lo encendí recibí un mensaje.
Un maldito mensaje.
Reprimí un impulso de volver a lanzarlo contra el suelo y decidí leerlo con una sonrisa alegremente forzada.
Buenos dias Alexandra, ¿que tal has dormido? No te queda mucho para llegar. Espero que no te quedes dormida. Te quiere, papá.
La mueca de asco y rencor que se instaló en mi cara rompió todos los límites. ¿Por eso habia sufrido el.agua fría del demonio, aquel objeto del demonio clavándose en mi espalda y el cabezazo contra la pared? Me iba a alegrar, en su cara, con una silla.
No tardé en responder un alegre mensaje de buenos días.
He dormido GENIAL, mejor imposible :) Se caga en ti, tu hija.
Apagué el movil y lo introducí con el mayor cuidado en el bolso, no quería sufrir el karma de nuevo.
Jodido Murphy.
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Quiero un beso bajo la lluvia
AcakQuiero un beso bajo la lluvia es la vida de Alexandra Grahams, una chica de pelo rubio ondulado, a la cual rodea un aura de soledad. Su apellido le ha ocasionado un cierto numero de motes hirientes a los que ella ha respondido con la indiferencia, d...