-¿Cómo que no?- gritó cogiéndome por los hombros y zarandeándome.- ¿Me estás diciendo que te vas a ir sin más?
Me estaba haciendo daño. Y no pensaba dejar que nadie mas me lo hiciera.
-Suéltame.- Me limité a decir, mirandole a los ojos.- No eres quién para sujetarme así.
Ví asombro reflejado en su rostro pero inmediatamente me soltó, imitando mi gesto de pasarse la mano por el pelo en busca de algo que decir.
-Yo..., te quiero. Es imposible que no te quiera si te he echado tanto de menos. Mira, todo este tiempo he estado como muerto...- Samuel comenzó a llorar pero no apartó la vista de mis ojos- y el solo saber que habias ido a buscarme... me ha hecho volver a sonreir. Yo... te necesito conmigo.
-Yo a ti no. Te repito que solo he venido a rellenar una cara en mi memoria.
Esta persona no tiene que importarme tanto. No debe importarme nada, simplemente le debo favores por cuidarme aunque sea solo un poco.
-¿No sientes nada por mí?
Asentí, y miré al cielo. Probablemente llovería, mientras más pronto volviese a la estación, mejor.
-Te vas... y me vas a dejar solo. De nuevo. ¿Después de todo lo que te dije? ¿Después de todo lo que hemos pasado? ¿Después de todo...?
-¿Hemos?
Volví a colocar esa expresión sarcástica en mi rostro, y alzé una ceja. Esta situación era absurda, como pensé al llegar al cementerio. No debería haber venido a tapar ese borrón. Es el pasado reciente. Quizás... ni tan siquiera debí molestarme en intentar recordar.
-Mira.
Aparté las mangas de la chaqueta para enseñarle las cicatrices de las muñecas.
-Esto es lo único que queda de esa persona débil que has conocido.- Comenté, notando como una gota caía sobre mi piel.- Alex se ha ido.
No tardó en comenzar a llover, pero seguí de pié mirando a Samuel a los ojos y él a mi.
-En ningún momento existió un "nosotros" y eso ya te lo he dejado claro.-Añadí poniéndome la capucha de la chaqueta.- Con tu permiso, o sin él, no me importa, me marcho.
Dí la vuelta y comencé a andar hacia la entrada del cementerio. Seguramente podría subir a un tren mas pronto del planeado.
-Me besaste...- murmuró reteniéndome por la chaqueta.- Y no solo una vez.
-Fué producto de la soledad.- Intenté soltarme sin frutos.- No me malinterpretes. Y ahora suéltame.
-No quiero que te vayas.
Estaba comenzando a sentirme mal por toda la escena que acababa de montar. Pero prefería ser sincera, a que mentirle y se pusiera peor.
-Lo que tú quieres no me importó nunca.
Samuel estiró de mi chaqueta hacia él y volvió a abrazarme, pero esta vez yo no le abrazé.
-¿Sigues sin confiar en mí?-susurró quitándome la capucha.
La lluvia comenzó a mojar mi pelo y colándose por el cuello la chaqueta. Una gota viajera cruzó mi espalda haciendo que se me erizase el vello de la nuca.
-En ningún momento medité el confiar en tí.
Samuel me dió la vuelta de forma brusca e inmediatamente me besó. La sensacion del roce de labios, por un momento dejó de parecerme un simple apretón de manos pero con los labios. Sus manos se pegaron a mis mejillas, ejerciéndo un cálido abrazo mientras las gotas de agua golpeaban mi nariz.
Sabía a la perfección que debía apartarle en aquel mismo momento, pero... quizás solo un poco más... un poco más de estos recuerdos antes de irme.
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Quiero un beso bajo la lluvia
RandomQuiero un beso bajo la lluvia es la vida de Alexandra Grahams, una chica de pelo rubio ondulado, a la cual rodea un aura de soledad. Su apellido le ha ocasionado un cierto numero de motes hirientes a los que ella ha respondido con la indiferencia, d...