Quiero un beso bajo la lluvia

Capítulo 77

Dejé que las gotas de agua caliente quemasen mis heridas sin pronunciar palabra alguna. El ruìdo del agua caer, resonaba en el baño y tal vez por la casa. Realmente no me importaba mucho la lógica de una ducha ardiente después de correr, simplemente necesitaba sentir dolor. Sentir.. mi lugar. A fin de cuentas, ¿quién demonios soy? Un estúpido enamorado de una chica que ni le recuerda ni quiere saber nada de él.

Tal vez... llorar serviría para desahogarme... Sin duda, Alex me habia visto llorando en incontables ocasiones. Quizás, esa era la imagen que tenía de mí antes de olvidarme. La de un hombre patético que fue maltratado.

Me senté sobre la tapa del váter, tras salir del baño, y abrí mis manos observando como el vapor las abandonaba.

Desde que la conocí he intentado ayudarla, protegerla... y no quererla. Pero, lo último se me hizo imposible. Todo habría sido mejor si no la hubiera besado aquella primera vez, desde entonces la suavidad de sus labios...

-¿Sam, cariño estás en casa?

Cerré la mano, volviéndola un puño tenso hasta que los nudillos se tornaron blancos. Cogí la ropa interior y tras ponermela, abrí la puerta del baño.

Aquella mujer tenía que irse ya.

-Sophia, vete a tu casa.- Grité golpeando el marco de la puerta.- No te quiero ver por aquí, es más, dame la llave.

La mujer que tenía ante mí, no era ni una décima parte de la que habia conocido hace siete meses. Su bondad e inocencia... se habian perdido hasta el punto de que su frase preferida era "si me caigo, tú caes conmigo".

Sophia me miró fijamente, esbozando una sonrisa sarcástica antes de lanzarse a mis brazos. Mientras mas intentaba apartarla, más me clavaba las uñas. Un buen resumen de mi vida con ella.

-Sam... cariño. Somos el uno para el otro.-Susurró, trazándo circulos en mi espalda.- Tenemos que estar juntos... sin mí, tú no vives.

Tensé la mandíbula e intenté no mirarla, mientras buscaba alguna manera de echarla de allí antes de que volviera a intentar dañarme con cualquier objeto afilado, como ayer.

-Sophia, vete.-Dije con un tono mas calmado, intendando apartarla.- Lo que tuviesemos se ha acabado.

-¿Por qué? ¿Por esa cría? ¿Me estás cambiando por un pequeño hombre afeminado? Porque eso es lo que es.. si no mírala... No tiene nada de bueno..

No pude reprimir el impulso de darle una bofetada, lo cual  la hizo  apartarse. Sophia se tocó la mejilla con una expresión sorprendida y molesta. No hallé dolor alguno, lo cual me sorprendió.

-¿C-Como te has atrevido?- gritò histérica.- ¿Por una maldita cría cambias tanto? Pensé que valías la pena...

-No la valgo. Si la valiese estaría con la cría esa que tanto odias.- Finalicé, entrando en el baño de nuevo.- Quiero que te vayas de mi casa. Deja las llaves en la puerta.

Cerré la puerta de un golpe, y me dejé caer sobre ella. Tuve la leve sensación de que me sangraba la espalda tras clavarme las uñas, pero... realmente no sentía deseos de ponerme tiritas mediante movimientos ninjas por la inaccesibilidad de la zona.

Muchas cosas rondaban mi mente en aquel momento. La mayoría con Alex y sobretodo con su memoria.

En un ataque desesperado, tal vez, o de valor... decidí ir a ver a su padre, en busca de alguna respuesta a donde estaba... con un poco de suerte, si me veía... podría recordarme... y... no.

Una risa sarcástica e hiriente inundó el baño.

Aquello era imposible. Solo quedaba esperar a que ella me recordase. Quizas... alguna de las canciones le recordase a mí, o tal vez no y solo estoy implantandome falsas esperanzas.

Acabé de vestirme y salí de casa de la abuela, encontràndome la puerta de Alex abierta de par en par. Fruncí el ceño. No tardé en ver a un chico que desgraciadamente me sonaba. Y a mis puños tambien.

-Buenos dias, vecinito.-Sonrió como un imbécil.

-¿Que haces tú, ahí?

-Mi nueva casa. Seremos vecinos.