Odiaba el temblor de mi labio inferior cuando recordaba al tipo del campo. Odiaba la impotencia la cual me impedia bajar de aquel sanitario y salir del baño. Pero, mas que a nada odiaba a Dereck. En un ataque desesperado una idea se introdució en mi mente. Él se habia ido. Pero yo no recordaba oir el sonido que hacía al cerrar la puerta con llave.
Deberia dejar se hacerme ilusiones... pero por intentarlo no perdia nada.
Abrí la puerta y no podia negar que una lágrima de alivio recorrio mi mejilla derecha. Iba descalza pero daba igual. Necesitaba salir de alli... y quizás.. podria denunciarle.
Todos aquellos pensamientos se desvanecieron por mi mente al ver a aquel sujeto ante mi, respirando con dificultad. Un par de ojos azules se clavaron en los mios y di un paso atrás.
-¿Alex?
-Alexandra- respondí frunciendo el ceño.
¿Otro ayudante de Emilio? No me extrañaria que con Dereck no le bastase. Malditos enfermos.
-¿Me vas a dejar salir o tengo que regresar a mi habitación porque Emilio te lo ha pedido?- pregunté con sorna, mientras lo miraba de arriba a abajo.
-¿Qué?
-Lo dicho. Apártate.
Pasé por lado de ese desconocido y bajé las escaleras descalza mientras corria hacia la puerta. Mi libertad estaba al alcanze de mi mano. Era.. demasiado bonito, pensé cuando se abriò la puerta y Dereck expresó en su cara de estúpido.
-¿Que haces fuera de casa?- preguntó Dereck cogiendome por el brazo.
-¡Suéltame que me haces daño!-grité empujándolo.- Puedo subir sola, ni se te ocurra volver a tocarme, ¿queda claro?
-Lo que digas Alex.
-Alexandra.- Le interrumpí acabando de subir las escaleras.
El desconocido seguia alli de pie observandome con aquellos ojos azules demasiado abiertos, tal vez estuviera sorprendido de que la reclusa no siguiera en su celda y casi escapara. Menuda gente se elije Emilio, cada vez me asombra mas.
-¿Vas a pasar?- oí preguntarle Dereck al desconocido.- Puedes quedarte a comer.
No oí respuesta porque entré en mi habitación y cerré la puerta con el pestillo. Una vez si. Dos no.
Salté a mi cama y hundí mi rostro en el somier.
-Esta vez de no ser por aquel tipo estaria fuera de aqui.-Murmuré con el rostro pegado a la almohada.
Acabé durmiendo una pequeña siesta de la cual desperté por hambre y mas cansada que antes. A lo que hay que añadir que ver papeles tirados junto a la puerta no era la escena mas agradable para seguir despierta.
Me levanté de la cama y fui hasta la puerta para recogerlos y leí claramente.
"Voy al instituto te dejo la comida en el microondas. Descansa y tómate las pastillas que hay junto al vaso sobre la mesa".
"Pd. He cerrado la puerta asi que no malgastes tu tiempo".
"Pd 2. El teléfono no funciona y tu movil está roto. ¿Recuerdas?"
Aquello último hizo que una duda se plantata en mi mente.
¿En que momento se habia roto?
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Quiero un beso bajo la lluvia
RandomQuiero un beso bajo la lluvia es la vida de Alexandra Grahams, una chica de pelo rubio ondulado, a la cual rodea un aura de soledad. Su apellido le ha ocasionado un cierto numero de motes hirientes a los que ella ha respondido con la indiferencia, d...