Capitulo 45

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-Te veo cansada.-Comentó Susana, cuando dejé la bandeja sobre la barra.-Aunque he de admitir que lo haces bastante bien.

Me encogí de hombros a modo de respuesta. Mis extremidades parecían moverse automáticamente mientras mi cerebro encendía el piloto de: "Descansa". Aquello era a lo que llamaban trabajo duro, ¿eh? Maldito Samuel, esto semejaba a explotación infantil. Tras desayunar Samuel decidió enseñarme las bases para no cagarla cuando vinieran los clientes. Literalmente habia dicho: "Aprende esto para que no la fastidies". Llevaba todo el día sirviendo bebidas para lo cual debia andar.

Demasiado ejercicio para una persona tan sedentaria como yo.

Realmente no entendia como funcionaba, solo me dedicaba a hacer el par de cosas que Samuel me habia explicado antes de que él se encerrase en la cocina haciendo diossabeque.

No tardé mucho en saberlo despues de que entrara tras la barra con dos bandejas. Una eran pequeños cuadraditos de tortilla y otra con algo similar a mini cupcakes.

¿Él habia hecho aquello? ¿Sabía cocinar? ¿Un inútil como él? Imposible. Mi intuición me decia que era el tipo de hombre que incendiaba la cocina al entrar. Aunque ayer estuviese preparando cosas...

-Sí. Los he hecho yo.-Se burló, ofrenciéndome un mini cupcake.- Prueba.

Intenté cogerlo con la mano pero lo apartó, riéndose aun mas. ¿Era idiota?

-No no. Come.

No pensará...

Acercó aquello a mi boca, sonriendo. Una estúpida sonrisa con los ojos brillantes en su cara de idiota.

- ¿Que tienes en la c..?-al abrir la boca para hablar lo introdució en mi boca.

¿En que demonios estaba pensando aquel tipo? Hay un número limitado de cosas que puede hacer su limitado cerebro. Y esta pensaba que  no era una de ellas, es demasiado infantil incluso para Samuel. Es tonto. Mas que tonto, es imbécil.

-Muérdelo. Va, amargada.

Obedecí, por primera y última vez. Aquella cosa era de chocolate amargo pero al morderla estaba rellena de mermelada de naranja que contrastaba con el chocolate amargo. Vale. Me habia gustado. Pero solo esta vez.

-Está bueno.-Murmuré en un tono apenas audible y evitando mirarlo.

Primera y última vez que reconocería sus méritos. Lo prometo.

-¿Que has dicho?¿Puedes repetirlo?-dijo sonriendo.

Extrañamente llevaba toda la mañana de buen humor. Era como si en vez de haberle echado azúcar al café le hubiera echado alguna droga. Bueno, es un guardabosques rarillo, no me extrañaria que se drogase. A decir verdad no pensaba que fuera ese tipo de persona, pero se me acaban los insultos y eso sí que es algo que no me puedo permitir.

-Nada.

Entró una pareja de chicos y aproveché para perderle de vista en lo que tomaba su pedido.

Esos chicos llevaban el uniforme de mi antiguo instituto y uno de ellos se me quedó mirando. Tenía rasgos comunes. Pelo castaño corto, ojos oscuros y tez blanca. Esbozó una sonrisa pero no dijo nada.

-Dos coca-colas con mucho hielo.-Dijo otro, de ojos grises y pelo rubio.

Asentí y fui a la barra a por lo que me habian pedido. Y alli me encontré a un Samuel menos contento ademas de con el ceño fruncido.

-¿Que pasa?-inquirí, tras decirle a Susana lo que me habian pedido.- ¿Los conoces?

-¿Y tú?

-No. Por el hecho de que lleven mi uniforme no tengo que recordarles.-Respondí, molesta.

-¿No te acuerdas de mí?-prenguntó al chico de rasgos normales levantándose.- Alexandra. No hablas en serio, ¿verdad? Samuel dile algo.

-Algo.-Se burló.- A mi no me metáis en vuestras peleas de la infancia.

Samuel regresó a la cocina y quise seguirle, porque aquel chico no me gustaba para nada. Es mas, me gustaria poder echarle ahora mismo. Me ponía nerviosa.

-¿No te acuerdas de mi?

Negué con la cabeza tomandoa bandeja y recogí la bandja de sus bebidas. La dejé sobre su mesa, ignorando a aquel tipo.

-¿Ni tampoco de mi?-dijo el chico de ojos grises. Vaya si has cambiado Alexandra, dejas el instituto, te mudas, trabajas... ¿y nos olvidas? Soy Alvaro, ¿no me recuerdas ni un poco?

-¿Por que se habria de acordar de ti y no de mi?-preguntó el chico de rasgos comunes, molesto.

-Claramente porque estuvo saliendo conmigo un mes, Dereck.

¿De que hablaban estos tipos? En el instituto jamás salí con nadie. Ademas de que la unica persona que me ha besado... ha sido Samuel... ¿verdad...?

Debo respirar hondo y relajarme. Esta gente está soltando tonterias al azar y yo soy solo una víctima al mismo azar. Me estan tomando el pelo... ¿verdad? Es eso... Tiene que ser eso. A esta gente no la conozco.

-¿Que coño dices, tío?

-Lo que oyes, brother. Yo fui el primero que besó esa boquita, ¿verdad preciosa?

A continuación pasó algo que no me esperaba, por muy surrealista que se estuviera tornando la situación.

Samuel apareció de la nada y golpeó al chico que supuestamente se llamaba Álvaro, y el agredido cayó al suelo.

-Deberias tratar con mas respeto a una mi camarera.

¿De que coño iba todo eso? ¿Quienes eran aquellos tipos?

Quiero un beso bajo la lluviaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora