Capitulo 129

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Teniendo en cuenta que llevo desapadesaparecida tiempo... os dejo una escena de los príncipes  .

- Me gustaría poder decirte que no me importas... que me das igual.- Tomo una pausa para introducir aire en mis pulmones.- Pero aquí estoy de nuevo, a tus pies. Abre los ojos, Álex;  tengo tanto que decirte. Tanto por pedirte. Quiero estar junto a ti. Me haces falta. Mucha mas de la que imaginas. Alia te quiere, joder, yo también. Abre los ojos y volvamos a ser los de antes... juntos. Aunque no te guste como cante- una sonrisa se escapa de mi boca-, aunque tu humor por las mañanas sea pésimo,  aunque no aceptes mi ayuda. Dejame cuidarte...

¿Qué estoy haciendo?, me pregunto tras pasarme la mano por el pelo, algo frustrado.

- ¿Sabes que me muero si te pierdo?- añado dándole la espalda. Soy incapaz de seguir mirándola y verla inerte, como lleva toda esta semana.- Eres la persona mas desquiciante del mundo, de verdad. Pero cada noche al irme a dormir pienso que cuando vuelva a esta maldita habitación me dirán algo malo... y no lo soporto.

- ¿Cómo está hoy?- pregunta alguien, me giro y veo a Damián con su nuevo corte de pelo, rapado.- Por cierto, buenos dias.

Fuerzo una sonrisa y miro a Alex una última vez antes de irme. Este chico me provoca malas sensaciones pero mi voz carece de la fuerza para preguntar lo que realmente quiero saber. Si él necesita a Álex tanto como yo. Pero por lo visto, raro no sería. He visto pasar a tanta gente esta semana, que me sorprende. Sí que ha cambiado.

-Adiós- murmura Damián,  y le ignoro.

No sé si ha oído lo que le dije a Álex pero... espero que sí,  en cuento despierte haré lo que esté en mis manos para que se fije en mí.

*       *       *       *

- Bueno, entonces ella me dijo que no sabía bailar, ¡y se puso muy roja!- me río al recordar a Sara sentada en una esquina avergonzadísima.- Yo, que soy muy bueno, excelente persona, gran caballero... puesssss... le enseñé a bailar.

Bebo otro sorbo de Monster y descruzo las piernas para tomar la mano de Alexandra, la cual hoy se me antoja mas fría de lo normal. Con ese pensamiento golpeando mi mente finalmente la suelto. No quiero pensar que no despertará.  Solo es una puñalada,  es imposible que vaya a peor por muy mal que estuviera ya de antes. Además tiene su maldita fundación, esa que tantos dolores de cabeza le queda por darme.

Llevo viniendo a esta habitación a diario, como ese otro tipo; Samuel. Cuando llego él se va, pero siempre está arrastrándose,  como si careciera de orgullo propio. Supongo que pensará lo mismo de mí que el poli, técnicamente tienen razón. Pero... si despierta haré lo que esté en mi mano para que no le suceda nada malo.

- Ah, ¿te conté nuestra primera cita?- reanudo mi monólogo forzando una sonrisa.- A Sara le gustan los patos, ¡y no veas cómo!  La llevé a un parque de patos y se puso a perseguirlos como loca.- Mi sonrisa se volvió real.- Y de tanto correr tropezó en la hierba y se cayó. Puf... se puso perdida de barro, pero no le molestó. Bueno... ella comenzó a reirse como loca, nunca habia oído... una risa tan... bonita...- una lágrima rodó por mi mejilla, sorbo por la nariz y prosigo-. Cuando fui a ayudarla porque es super torpe... estiró de mí y caí yo también.  No sé como lo hizo... pero... me eché a reir... yo también. Aquella vez.. me reí de verdad...

Mis lagrimas apagan mi voz y tapo mi cara, como si ella pudiera verme. Es extraño contarle esto a alguien... pero me hace sentir mejor hablar de Sara, ella me hacía sentir vivo, acompañado, querido... pero ya la he perdido. Me dijo que dejara de juntarme con Marga y esos, pero no pude. Solo he conseguido ponerla en peligro.

Igual que a Alexandra. Lo mejor será que me vaya antes de que me odie más, si eso es posible.

  - Que vengas a llorar aquí, no la ayuda- comenta una voz que conozco, con desprecio.- Si vienes a lloriquear te pido que no vuelvas. Suficiente has hecho ya, ¿no crees?

Tenso la mandíbula y me prohibo alzar la vista para mirarlo a los ojos. No quiero mas miradas de asco de Unai.

-Cuéntame... m-mas...

El susurro atrae nuestras miradas como el imán al hierro, fijándolas en la cama. No ha abierto los ojos pero sus labios se curvan en una débil sonrisa.

Eso es suficiente para que mi corazón se acelere de nuevo.

-¡Voy a llamar a un médico!- grita Unai, emocionado.

Personalmente, regreso a la butaca junto a la cama y le tomo la mano de nuevo. Aunque siga templada. Pocos segundos después abre los ojos aunque los vuelve a cerrar por la luz. No me importa. Su primera mirada ha sido para mí.

- Pues verás,  el estanque de los patos era nadable y como yo... tengo poca paciencia, cogí a Sara y la lancé al agua.- Prosigo.

Como si tengo que recordar cada uno de los momentos felices que pude pasar a su lado. Lo haré para que Alexandra me atienda, me gusta saber que me presta atención.

Iba a escribir sobre Unai pero este hombre.... como que ya no me cae tan bien, asi que aquí se queda~ los principes de Alex: Damián y Samueeeeeel wooo plaf plaf plaf besitos y esas cositas :'3

Quiero un beso bajo la lluviaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora