Capitulo 66

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Un par de ojos castaños me observaban por el espejo, bastante abiertos y sorprendidos de lo que acababa de suceder. Me lavé la cara con agua fría intentando calmarme un poco.

-¿Qué demonios pasa contigo?- murmuré, tras secarme con toallitas de papel.- Es solo una canción.

Dejé que el agua que emmanaba del grifo recorriera mis manos antes de masajearme la nuca. Aquel frescor hizo que me relajase un poco, aunque estaba lejos de lo ideal.

Oí como alguien golpeaba la puerta y decidí salir inmediatamente. Fuera estaba Tatiana con el móvil en la mano, tendiéndomelo.

-Tienes un mensaje de tu padre.

Frucí el ceño optando por cogerlo. Serìa demasiado bonito que Emilio cumpliese sus condiciones del trato, pero bueno, si solo era un mensaje no tenía queja alguna. Aun así, me temblaban las manos al tenerlo entre mis manos, como si en cualquier momento fuese a explotar o algo peor si cabe.

Abrí el buzón alli mismo, y el nombre que figuraba era Papá. Emilio y su humor que solo él entiende.

¿Llegaste a tiempo al tren? ¿Que tal te encuentras? ¿Sabes a la hora que llegarás? Te quiere, papá.

Bajo la atenta mirada de Tatiana me eché a reir como una histérica. Aquel chiste si que habia sido bueno... "Te quiere, papá" ¿Le decía yo por donde me pasaba su cariño o ya se habría hecho a la idea?

-¿Pasa algo?

-Nada. Em.. conozco a un hombre muy gracioso.- Respondí, guardándome el objeto infernal en el bolsillo de la sudadera.- Siento haberte asustado... nosé que me ha pasado.

-No te disculpes, pero me alegra que te encuentres bien.

Asentí sintiendo un escalofrío por mi espalda. Asique... aquella chica era del tipo de mujeres agradables sin motivo alguno. Siempre... me habian desagradado hasta el punto de resultarme asquerosas, pero Tatiana no me desagradaba. Al menos no mucho.

-Regresemos- murmuré, andando por el pasillo.

El traqueteo del tren y sus continuas sacudidas hizo qu me sujetase a la pared para poder continuar y mi vecina hizo lo mismo. Al llegar al compartimento no dijo palabra alguna, yo me limité a un "Buenas noches" e intenté dormir sin fruto alguno.

En medio de la noche oía un sonido digno de cualquier león salvaje. Tatiana... la bella acompañante de compartimento, roncaba. Y no veas como lo hacia, se debía quedar a gusto con no dejarme dormir.

Saqué el móvil y comencé a plantearme oir otra canción. Tal vez... con un poco de suerte encontrara algo de Upon This Drawing o de Asking Alexandria.. Pero la posibilidad de volverme a alterar hizo que descartara la idea casi inmediatamente.

Releí el mensaje de Emilio decidiendo contestar, a fin de cuentas no tenía nada mas que hacer.

Estoy muy bien. Si he llegado a tiempo. Llegaré a las diez de la mañana, al menos eso pone en el billete que tú compraste. No incumplas tus promesas, Emilio.

Apenas lo envié tardé dos minutos exactos y jodidamente cronometrados en recibir la contestación.

Vale. Descansa que ya es algo tarde. Mañana ya me contarás que te parece el lugar que escogí. Te quiere, papá.

Este hombre era imbécil. ¿Acaso no dormìa? ¿Mañana no trabajaba? Suspiré y me recoloqué, intentando dormir con mi amiga la gran y todopoderosa rugidora-tiana.

Quiero un beso bajo la lluviaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora