Toqué el timbre por octava vez pero Hana no respondia. Suspiré tras sentarme en la entrada del portal. No sabria decir cuanto tiempo llevaba alli hasta que apareció, pero lo que era cierto es que estaba de pie frente a mi. Observandome con curiosidad bajo un paraguas azul marino.
-Hola- saludó con su infantil voz y esbozando una sonrisa apenas con dientes.
Tenía los ojos verdes y el pelo claro casi miel, con una nariz algo sonrojada y un hoyuelo en la barbilla. Aquel niño me llamaba la atención. Como si lo hubiese visto en algún sitio.
-¿Donde está tu mamá?-pregunté tras darme cuenta que nadie le estaba buscando.- ¿No hay nadie contigo?- el niño negó.
Extrañamente me acerqué a él y le sacudí el pelo, consolandolo tal vez... aunque la que lo necesitase fuera yo. Le mojé un poco el pelo y decidí apartar la mano inmediatamente.
-Estoy buscando a Papá Noel.
-¿Quieres que lo busquemos juntos?- le ofrecí tendiendole una mano.
Quizás solo estaba sintiendome como ayer. Desesperada y algo sola.
-Vale.-Aceptó intentando taparme con el paraguas y asi protegerme de la densa lluvia.- Eres alta, ¿sabes?
Reprimí una risa dejandolo en una sonrisa. La inocencia de los niños siempre me habia resultado agradable. Eran como menos miedosos y en cuanto algo les molestaba solo tenias que preguntar para saberlo. Sin tapujos, sin mentiras.
De mayores eso se perdia.
-Me llamo Josh- se presentó desistiendo de taparme.- ¿Y tu como te llamas?
-Alex, encantada.
Comenzamos a caminar a lo largo de la calle. No conseguia ver muy bien su cara ya que la difefencia enorme de estaturas hacía que mi visión quedase limitada. Pero seguia pensando que aquel niño me era familiar. Suspiré. Recordar cosas ajenas.. bueno, no. Recordar cosas en general nunca habia sido lo mio.
-¿Has sido buena niña?
Aquella voz despertó un grito de mi interior. Pero luego se transformó en una sorpresa y finalmente en molestia.
-¿Me has seguido?-pregunté cruzándome de brazos.
Vi a Samuel vestido con una sudadera negra, unos vaqueros oscuros y un par de botas. Ademas de llevar puesto un arañazo en la mejilla derecha. Este hombre no ganaba para disgustos.
-Recuerdo haberme dormido solo cinco minutos. ¿Como hiciste para desaparecer?
Tensé la mandíbula al ver su sonrisa de satisfacción. Quise golpearle hasta que aquel arañazo fuese un golpe con una pluma comparado con lo que le haria.
-Años de experiencia- ironicé, cogiendo la mano de Josh.- Ando ocupada. Adios.
-¡Sammy!-gritó el niño tirando el paraguas y lanzandose a los brazos de Samuel.
Al verlos juntos recordé la primera mañana hace tres dias al entrar al café, el niño del suelo.
Abrí los ojos impresionada, y me tapé la cara con las palmas de las manos. Intentaba controlar mi respiración pero era tan agitada que se me hacía imposible.
-¡Alex!- gritó Samuel seguidamente sentí sus brazos alrededor de mi espalda.- Respira.
Era incapaz de pensar. Solo necesitaba que toda aquella carrera de loquefuese parara. Y lo hizo. Pero solo cuando varios momentos de mi vida se grabaron nuevamente en mi cabeza.
Sobretodo el momento en el cual Emilio me salvó la vida.
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Quiero un beso bajo la lluvia
RandomQuiero un beso bajo la lluvia es la vida de Alexandra Grahams, una chica de pelo rubio ondulado, a la cual rodea un aura de soledad. Su apellido le ha ocasionado un cierto numero de motes hirientes a los que ella ha respondido con la indiferencia, d...