-Siéntate y ha...
-¡No es no!- grité sin mirarlo.- ¿Que pretendes teniendome aqui? ¿Jugar a la princesita del castillo? ¿Eres imbécil o solo un mal padre?
-Relájate un poquito,- golpeó la mesa con el puño cerrado- si no quieres que te cruze la cara delante de uno de tus amigos.
Por un segundo aquel tono grave mezclado con el olor a cigarrillo que emanaba de su ropa consiguió dejarme intimidada. Pero inmediatamente después reaccioné de acorde con mi personalidad.
-¿Amigo?- ironicé observando a Dereck de reojo.- No tengo de eso. ¿Te recuerdo..
-No hables de recordar. No eres la mas indicada. Y ahora siéntate.
Obedecí, tensando la mandíbula, mientras fijaba mi mirada en la de mi progenitor deseando intimidarle. O tal vez.. incomodarle. Sería demasiado bonito que con una sola mirada aquel hombre se prendiese fuego y desapareciese de la jodida faz de la tierra... si, sería demasiado bonito.
-Quiero que te vayas de la ciudad hasta tu cumpleaños.
-Ni de coña- respondí automáticamente, con una sonrisa sarcástica.
El hombre ante mi estaba completamente serio. Ninguna mueca o gesto de broma. Consiguió intimidarme nuevamente, haciendo que apartase la mirada. Maldito. Quizás fuera por los moratones casi impercetibles en su rostro.
Parecía que ultimamente todos recibian palizas. Se lo tenían merecido.
-Si no aceptas no abandonarás este edificio bajo ninguna circunstancia.- Respondió levantándose de la silla-. Me ha parecido que no te gusta mucho jugar a ''la pricesita de del castillo"- me imitó poniendo una sonrisa en su boca- te doy la oportunidad de elegir, Alex.
-Alexandra- le corregí, y fui capaz de ver como su sonrisa aumentó.-¿Dereck se queda?-pregunté dándole una oportunidad.
¿Que era aquella satisfacción que se reflejaba en su maldita cara? ¿Tanto deseaba librarse de mi?
-Si.
-Vale, acepto- no tardé ni medio segundo en responder.
No muy lejos de la mesa de la cocina donde estaba sentada, Dereck me observaba mientras palidecía por momentos.
-Jajaja.. Que aprecio le tienes al chico.
¿Estaba de broma? Aquel tipo me habia suministrado somnìferos y atemorizado hasta puntos enfermizos. Si no salía de alli con aquella oportunidad... ¿que garantías tenia de poder salir después?
-El mismo que tú. A fin de cuentas solo querias que me marchase de aqui... ¿verdad?- intenté sacarle informaciòn- ¿Que es lo que estabas tan empeñado en que olvidase, Emilio?
-Si ya lo has olvidado o no es cosa tuya- hizo una pausa.- Te ofrezco una habitación en una residencia de estudiantes en otra ciudad, gastos pagados e incluso mi palabra de que no tendrías noticias mias hasta tu cumpleaños.
Nada. Si pretendía informarme él no era el indicado y Dereck no parecía muy de acuerdo con la oferta, con el rostro y los golpes que llevaba conseguía atemorizarme aun mas, aunque lo lógico seria sentir pena.
-¿Y luego?
-Tú decides. Volver o quedarte.
-No me refiero a eso. Si decido quedarme alli.. ¿seguiré sin tener noticias tuyas?
La oferta tenía que tener alguna trampa. Algún sitio por donde Emilio pueda tenerme atrapada y sin vías de escape. Es demasiado... perfecta.
-Es tu elección. Ya serás mayor de edad, podrás elegir.
La oferta debia tener trampa. Pero... siempre era mejor que lo que ya tenía.
-Acepto.
-Alexandra...-me llamó Dereck, acercándose a mi.
-He dicho que acepto, tú no te metas.
-Dereck, estás despedido.-Anunció Emilio, ajustandose la corvata.- Puedes irte.
-¿Qué?
-Ya has cumplido tu función.
-Dijiste que me dejarías estar a su lado siempre que cumpliera tus ordenes.
-Yo digo muchas cosas- añadió cogiendolo por el brazo.- Si nos disculpas.. esta noche sale el tren. Recoge tus cosas.
Vi algo que nunca imaginé que pudiese ocurrir. Emilio se llevó a rastras a Dereck, alejándolo de mi. Por mucho que la oferta tuviera trampas... ¿No era él el que le habia mandado a Dereck los somníferos? No entendía nada. Bueno, algo si.
Por fin abandonaría aquel edificio.¿Cuanto tiempo llevaba allí?
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Quiero un beso bajo la lluvia
RandomQuiero un beso bajo la lluvia es la vida de Alexandra Grahams, una chica de pelo rubio ondulado, a la cual rodea un aura de soledad. Su apellido le ha ocasionado un cierto numero de motes hirientes a los que ella ha respondido con la indiferencia, d...