Pero no todo era estudiar. Como yo no tenía que trabajar limpiando el estanque de habitantes tentaculares, recortando petunias que se vengaban podándote a ti los dedos, ni cuidando de orquídeas tóxicas, podía vagar por el castillo prácticamente a mi antojo, espiando a músicos malditos de todas las épocas. Tan sólo me denegaron el acceso a las mazmorras del sótano, y ni siquiera era un una prohibición real, sino una seria recomendación de que no me gustaría lo que vería allí.
Nadie puso pegas a que me colara en el pequeño salón donde se encontraba el espejo por el que podía saber qué demonios estaba haciendo Agarés con mi cuerpo terrenal. Aunque resultaba perturbador cuando me devolvía la mirada de ojos color arena de alguna playa infernal y me sonreía malicioso. Bueno, maliciosa, que era mi cuerpo, leches.
Vi cómo comía cosas cada vez más espeluznantes. Agh, a día de hoy sigo escuchando los crujidos de la araña e imaginándome la boca llena de pelos. También lo vi entretenerse levitando y hablando en idiomas tan extraños que me temía que mi lengua se hiciera un nudo sobre sí misma.
Todo esto Agarés lo hacía, por supuesto, por escenografía, por torturar psicológicamente a mis asesinos. Era curioso como, a medida que tenían más dinero y poder, sufrían más trastornos. Algunos lo llevaban mejor que otros, algunos ya se habían arrepentido y no podían comer ni dormir, pero otros lo hubieran vuelto a hacer, estoy segura.
Yo procuraba que aquello no me afectara demasiado. Al fin y al cabo, el daño ya me lo habían hecho y, obviamente, no iba a sentirme mal por la gente de la secta. Sólo quedaba esperar a ver qué decidía Agarés, General de no sé cuántos ejércitos, si devolverme mi cuerpo, uno que había comido arañas y tripas, y se había prendido en llamas un par de veces (aunque sin daños permanentes), o si desechar mi cuerpo y condenarme a una eternidad en el Infierno sin haber hecho yo nada por merecerlo.
A día de hoy, sigo sin saber qué hubiera sido menos traumático.
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In the night ahead,
there's a light upon this
house on a hillLiving, living still,
their intention is to kill
and they will, they willBut the children are doing fine,
I think about them all the time
Until they drink the wine
and they will, they will, they will
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Caprice
FantasyCaprice nos cuenta con mucho carisma la historia de su vida. Fantasía, humor negro y mucha gente chalada (cambiaré de universo, pero mi estilo se mantiene). En cierto modo también es un historia de terror. En cierto modo. No cuento más p...