Capítulo 94 - Baño de masas

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Después de aquello, no costó mucho encontrar locales que quisieran que tocara en ellos, por lo que los días siguientes estuve saltando de uno a otro, mañana, tarde y noche.

–¿No necesitas descansar? –se preocupó mi querido tío, no fuera que su gallina de los huevos de oro se muriera de agotamiento nada más empezar.

–Estoy perfectamente –contesté sincera, ya que, lejos de cansarme, cada concierto me fortalecía más y más.

Para el fin de semana ya tuve una actuación en un teatro, con un público de unas trescientas personas que pagaron su entrada y ya estaban entusiasmadas antes de que yo empezara. Trescientas almas aplaudiéndome y ovacionándome, trescientas almas pendientes de mí con todas sus energías, trescientas almas que fueron mías durante las dos horas que duró el concierto. ¿Sabéis qué subidón? Si para un músico humano, sin tratos demoníacos, ya es un chute importante, no os digo para alguien que literalmente puede alimentase de eso.

–Estás eufórica, ¿verdad? –me dijo el Duque, ya algo más Duquesa, mientras yo agradecía con reverencias y bises los diez minutos de aplausos–. Ahora podrías salir y comerte el mundo. Tres días de fiesta, ¿por qué no? La gente te ama. Lo tendrás chupado para llevarte a la cama todos y todas las que quieras.

Yo lo miré de reojo, ¿me estaba tentando?

–Pero también tienes sed –continuó Agarés–. ¿Hace una cerveza? La más cara que tengan, que hoy has ganado pasta. O puede que algo más fuerte, ya que puedes con todo, ¿qué tal absenta? ¿Y drogas, te apetece probarlas? Las recreativas, me refiero, de las otras vas servida.

–¿Eso es lo que les pasó a la mayoría de tus sirvientes? –pregunté sin dejar de hacer reverencias a mi público, absorbiendo sus últimos aplausos y vítores.

–No sabes la mala manía que tienen de morirse de sobredosis, y con la de drogas que crean últimamente...

–Yo alcanzaré la edad de Hilde –prometí, sintiéndome muy capaz de eso y de sobrepasarla, y conseguí salir del escenario y dejar de bañarme en amor.

Y, ahora que tenía las pilas bien cargadas, podía seguir con la siguiente fase del plan.

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Pilas cargadas, ¡es hora de hacer el Mal! (?)

Venga, os dejo un par de canciones tituladas igual pero que no se parecen mucho.

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