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Pasado Tianchester
———Mike Tianchester siempre fue alguien comprometido con lo que realmente quería, y aunque Elizabeth creyera que nunca tomó su relación en serio, estaba en un error. Por alguna razón estuvo feliz de encontrarse a una joven de una manera muy original, y mentiría, si dijera que no se sorprendía de haber cumplido cuatro años a su lado.
Le parecía increíble que ninguno de los dos terminara huyendo del otro al primer conflicto o desacuerdo, a excepción de ahora. ¿Qué fue lo que ocurrió? ¿En qué momento la desconfianza pudo más? Son preguntas que se hacía y a las que no encontraba una respuesta.
Cuando Mike volvió a caerse pidió a Diana un descanso y se permitió volver a jugar en el lodo.— ¿Puedo contarte algo ridículo? —Preguntó Mike, haciendo bolas de lodo.
Diana lo observó por un momento; su rostro reflejaba seriedad, sus ojos azules parecían reclamar lágrimas. Eso mortificó a Diana, y entendiendo que Mike necesitaba hablar.
—Soy toda oídos, Mike. —Aceptó.
Él agradeció que aceptase y confesó en ese instante:
—Cuando conocí a Elizabeth, creí que jamás me relacionaría con una loca —rio, rascando con torpeza su brazo enlodado y cubriéndola más con una bola de lodo—. No sé qué me ocurrió, pero esa noche me quedé a su lado. Esa mujer prácticamente cometió secuestro conmigo, me obligó a llevarla a casa… Como un caballero y sin duda con tremendo miedo, acepté. Con el tiempo fuimos amigos… y finalmente, ella me propuso que seamos pareja. Y me pregunté: ¿Una chica dando el primer paso? No respondí en ese instante —conocía la historia Diana, la misma Elizabeth se lo contó—. De hecho, hui de su departamento, fui a casa de mis padres y tomé unas revistas de mi hermana; comencé a leer artículos de noviazgos, notas de cómo llevar una relación. Y después de días, confirme en un mensaje de texto que aceptaba.
— ¿Acudiste a revistas de chisme, sólo para saber cómo es que un par de adultos deben llevar una relación? —Increíble, ni ella misma se le habría ocurrido.
— ¡Qué puedo decir, me aterré! —Llevó las manos a la cabeza, enlodándose el cabello—. Mis relaciones no duraban más de un mes porque a la tercera cita ya llevaba un anillo de compromiso —Diana abrió demasiado los ojos asombrada, no dudaba de ello. Su querido Mike antes cedía ante miradas lascivas y aseguraba que era amor, aunque estuviese con Elizabeth, por supuesto con un par de cachetadas de parte de su antigua prometida reaccionó y ahora entendía que en su pasado era un completo facilote—. Después de leer todas esas notas, entendí por qué fracasaba. Diana, ¡yo las asustaba!
—Si me la hubieses dado a mí, yo si aceptaba —murmuró, poniendo mala cara al ver sus uñas sucias—, y con mucho gusto.
Intentando calmarse, continuó:
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Querida, no soy infantil 1 Y 2
HumorPrimera obra y segunda de la trilogía infantil ....... Aviso: •Obra completa •Adultos comportándose como niños. •Los lugares y épocas de los sucesos no coinciden; fueron escritas intencionalmente. •Final y trama diferente. •Escena...