Querida, no soy infantil 1 Y 2

30. ¡¿Me acabas de besar?!

Tan solo se aclaró todo, Mike salió de su camioneta junto con sus hijos sin aparcar correctamente, se encontraba feliz de haber llegado a casa; estaba seguro que Diana se alegraría al verlos llegar.

Lo observó sonriente entrar a casa y hasta que cerró la puerta, salió del auto eufórico, pidiendo entre dientes que Víctor también lo hiciera.

     — ¿Qué te traes, menso? —Atacó Darío empujándolo por los hombros—, ¿Qué ranadas tienes que ver con mi hermano? —No esperó una respuesta de él, simplemente lo arrastró tirando de sus brazos anchos hacia los árboles, perdiéndose entre las jardineras de la casa de su hermano— ¡Respóndeme! —exigió, después de soltarlo.

Víctor se encogió de hombros al responder:

     —Somos amigos desde los diecinueve años, recién estudiaba administración de empresas a exigencias de mi padre cuando conocí a tu hermano. Mira pequeño, no tenía ni idea de que Mike es tu hermano, alguna vez te mencionó pero, ¿cómo sabría que entre tantos “Darío” eras tú? Esta fue una muy agradable coincidencia —sonrió acercándose a Darío, quien retrocedió los mismos pasos que él daba—. Ya has oído a Mike, no dejará que tengas pareja sin antes dar el visto bueno, ¿Adivina quién lleva la delantera? —le guiño el ojo derecho, soltando una risilla que a Darío le pareció contagiosa.

Pensaba que alardeaba, tenía un ego elevado, confiado de que obtendría lo que deseaba, faltaba que él se dejara manipular y sin contar que Víctor no se encuentra entre las personas que quisiera tener cerca.

Sin hacerle caso a sus palabras, volvió a indagar.

     —Eso no me aclara como es que sabes tanto de mi vida privada. Jamás te vi con mi hermano y estoy seguro que nunca te enteraste que tenía hijos, es más nunca te he dirigido la palabra hasta ese día en el parque. —aparte de ser un simple cantante en un restaurante debía ser un acosador experimentado o algo parecido y eso era preocupante.

     —Después de abandonar la carrera y contarle a mis padres que soy gay terminé prácticamente en la calle, me marché del estado, ¿Has escuchado de tabasco? Es un bonito lugar, por ahí anduve por muchos años. Y déjame aclararte que nunca perdí el rastro de mi amigo, en las redes sociales todo se puede encontrar y ni hablar de YouTube, hace cuatro años vi un video de Mike haciendo una locura en la boda de esta mujer… esa que se me lanzó encima en el parque. De hecho estoy suscrito a tu canal de YouTube —iba a sacar su celular en ese momento para mostrarle que no mentía, pero la acusación de Darío le detuvo—. ¿Acosador? Claro que no.

Lo era para él, ese hombre lo conocía mejor de lo que esperaba.

     —Te voy a acusar con mi hermano. —amenazó.

     —Adelante, ve y acúsame como un niño pequeño —se burló—. Solo te estoy diciendo la verdad. Si vamos a comenzar una relación hay que ser sinceros. —puntualizó, sin quitar esa mirada divertida del rostro.

     — ¿Quién habla de comenzar una relación? —dramatizó.
Tal parecía se haría el difícil, ignorando su pregunta se aproximó a él con rapidez, tomando su mano sudorosa.

     —Empecemos de cero, ¿Quieres? —Darío casi sufre un paro cardiorrespiratorio al ver su mano sujetada por la de él, parpadeó con rapidez subiendo la cabeza hasta mirarle a los ojos—. Mi nombre es Víctor Ermiz, soy gay, tengo treinta y dos primaveras, me he suscrito en tu canal de YouTube solo porque vi a mi amigo en un video que publicaste, soy un cantante mal pagado, llegué a Jalisco hace dos años y parece que estaré aquí por muchos más después de conocerte. —Finalizó.

Cuanto deseó apartar su mano de él y darle un sermón acerca de “confiancitas” que no autorizó, sin embargo no lo hizo, parecía estar paralizado, y eso le costó, Víctor aprovechó su estado para acercarlo a él, y sin dudarlo plantó sus labios con los de él, consiguiendo besarlo con una intensidad que hizo reaccionar a Darío.

Lo apartó con una fuerza que le sorprendió.

     — ¡¿Me acabas de besar?! —El muy sinvergüenza asintió, feliz de haberlo hecho—. Mira carnal, lo haces muy mal. Te voy a enseñar cómo se hace —y creyendo que realmente lo haría se acercó solo para ser recibido por una patada en la entrepierna—. ¿Verdad que lo hago mejor yo? —Palmeó su mejilla, sonriente de ver a Víctor retorcerse de dolor en el suelo—. Estábamos en las presentaciones, solo soy a decir lo que creo no has investigado. Amo los conejos y ranas, se cocinar, he ido a la cárcel una vez por borracho, salí con sesenta y cuatro mujeres en los últimos nueve años, viví en una mentira diez años, me da miedo la oscuridad, es la primera vez que un tipo me besa y siendo sinceros no lo hace tan mal, ¡oh! y tengo veinticinco años, asalta cunas. Un pla…

Antes de que terminase, un grito de parte de Mike soltando blasfemias le alertó de que algo andaba mal en casa, él nunca diría groserías frente a sus hijos. Acarició el cabello de Víctor, antes de salir corriendo en dirección a la casa y ver que ocurría.

     —Es un avance, Darío —susurró, adolorido.