———
Tonto Mike
———Horas más tarde.
Claudia miraba de reojo a su hermano mientras comía. Le resultaba difícil entender que Mike haya soñado tal barbaridad, ¿Quién creería que viajó en el tiempo y se encontró con hombrecillos semidesnudos? Sólo Mike. Tomó nota mentalmente, necesitaba contarles todo a sus padres y hermano, y preguntar si era normal lo que le sucedió a su hermano.
—Mike —alejó la vista de la taza que contenía café oscuro y se centró en su hermana—, ¿Seguro que no quieres comer el picadillo y espagueti que preparamos?
—Me quedo con mi café, necesito despertar. —Respondió simplemente.
—Entonces, ¿Tú y yo estábamos solos en ese bosque? —Su mirada estaba en el tenedor que giraba sobre el espagueti.
—En un principio, pero después apareció ya sabes quién y te pusiste histérica. —Detuvo su tenedor ahora con espagueti en su boca.
—Eso es muy raro. —Claudia, reprimió una carcajada.
— ¿Qué pasó después? —La comida para Elizabeth dejó de ser agradable.
—Me colocaste en una posición donde debía elegir entre ella o tú, sabía que lo nuestro terminó y necesitaba alejarme de ti, y bueno yo…
—Y la elegiste a ella. —Tomó un puñado de espagueti y se lo lanzó al rostro.
El espagueti cayó con lentitud a la mesa dejando sólo algunos pegados en su cabello. Relamió sus labios saboreando la salsa de jitomate, le gustó el sabor y lamentaba haberse negado a comerlo.
— ¡Elizabeth, es mi hermano por Dios! —Le recriminó.
—Lo sé, por eso se lo arrojé —sonrió, sin lamentarse haberlo hecho.
—Sí, la escogí a ella y tú escogiste a tu acompañante Tectlian, así que estamos a mano —Claudia le tendió una servilleta—. Gracias.
— ¿Y en qué momento aparezco yo como secuestrada? —Bebió un sorbo de agua de horchata, obligándose a pensar que no estaba comiendo frente a un par de infantiles que parecía que actuaban con toda naturalidad.
Quitándose lo que pudo de la cara, se dispuso a continuar.
—Bueno, mientras nosotros estábamos solos, la innombrable me dio terapia sobre mi separación y me sinceré con ella, me aconsejó que siguiéramos a Tectlian donde tendríamos un lugar seguro y comida sin poner en peligro mi sacrosanta vida —sonrió como tonto, molestando aún más a Elizabeth—. No esperábamos ver a Elizabeth también, y muy bien acompañada —Mike dejó de sonreír.
Elizabeth desvió la mirada de él, ¿Será que Mike sabía algo de Juan, el joven agradable de conoció, y se tomó la molestia de crear un sueño para increparla? Anteriormente dudaba de la imaginación de Mike, pero ahora que creía que estuvo en una antigua civilización y ella en él, no podría ser el todo una imaginación.
Conoció al joven no en las mejores circunstancias, ella estaba ebria y Juan llegó ofreciéndole compañía, sólo que nunca imaginó que esa compañía se haya vuelto tan íntima esa noche. Mike y Diana pudieron haberlos visto.
— ¿Pero es que ustedes se mirarán ahora así? —Perdió la paciencia Claudia—, ¿Qué les pasa?
—Estamos separados. —Gruñó Mike.
—Ya lo dijo él. —Rodó los ojos.
— ¡Pero si en mi boda estuvieron muy acaramelados! ¡Mike, tú le propondrías matrimonio! —Chilló—, ¡Yo me pondría mi mejor vestido y sería una de las damas de honor! —Esto estaba mal, ellos se aman, o al menos eso creía.
—Tus deseos se harán realidad, pero no con Elizabeth. —Le importaba un comino si todo lo que vivió fue sólo un sueño, él ya tomó una decisión, no se arriesgaría a besarla de nuevo y sentir su rechazo. Seguiría callando la verdad acerca de su supuesto engaño.
— ¿Cómo dices? —Su hermano perdió la cabeza, y si Elizabeth no le arrogaba más espagueti para hacerlo entrar en razón, ella lo haría—. Ustedes se quieren, siguen viviendo juntos… Mike, deberías… ustedes deberían pensarlo un poco, mira…
—No Claudia, aunque no lo creas lo hablamos de manera civilizada, no hubo peleas esta vez y lo arreglamos, Mike se quedará en casa de Marcus. —Estaban locos los dos, Claudia no lo creía.
Se puso de pie, ¡Qué tontería! Ahora fue ella la que tomó lo restante de su comida y se lo arrojó a Mike por completo—: ¿Qué hiciste mal? —Le sermoneó.
— ¡Pero es que acaso tirarme la comida encima se volvió popular! —Esta vez la salsa de jitomate entró en uno de sus ojos—, ¡Lo que me faltaba!
La salsa en el ojo comenzó a incomodarle.— ¡Contesta mi pregunta Mike Tianchester, o te prometo que esta vez no tendrás salsa de jitomate en los ojos, sino el chile piquín! —Se cruzó de brazos, esperando su respuesta—. Recién llego de mi luna de miel, y Elizabeth me llama asustada porque llevabas demasiado tiempo dormido. Creí que te pasaba algo grave. Y vaya que sí lo es, esto es gravísimo y merezco una explicación.
Al ver que Mike no hablaría, Elizabeth fue la que habló.
—Mi mejor amiga y él se burlaron de mí. Esa fiesta en la que asistimos no hace mucho me reveló que he sido una tonta todo este tiempo, Diana y él tenían sus encuentros a mis espaldas. —Trató de no entristecerse por esa confesión.
Mike gruñó y maldijo por lo bajo. A su hermana no le correspondía enterarse de una mentira tan grave. Se levantó lanzando su silla lejos.
Iba a desmentirla, diría la verdad.
— ¡No Mike!, lo creería de Darío que es un picaflor, pero no de ti —se encaminó al pasillo. Seguro la tipa que jamás le agradó lo engatusó, echando a perder a esa hermosa pareja—. ¡Ella me va a conocer Mike, va a conocer cómo reacciona una Tianchester realmente enojada! —Salió corriendo de la casa.
Intentó alcanzarla, pero la puerta se la estampó en la cara golpeando su rostro. Volvió a abrir la puerta, y corrió tras ella. No le importó ir vestido sólo con un short lleno de estampado de flores blancas y sus queridas sandalias purpuras.
— ¡Condenada hija de flash! —Gritó al verla encender su camioneta y hacerlo comer polvo— ¡¿Qué?! —Gritó fuera de sí al ver a sus vecinos observándolo— ¡Gente chismosa, igual que sus ancestros! —Sus vecinos entraron a sus casas y él entró molesto a la suya.
Se vistió deprisa ante los ojos de Elizabeth, lavó su cabello y prefirió dejarse las sandalias puestas.
—Ya estarás contenta, la asesinará. —Agarró sus llaves del portallaves y se dirigió al pasillo.
—Y sabiendo que así será, la eliges a ella.
Giró sobre sus talones, encarándola.
—Sí querida, la elijo porque ella es la más inocente en esto — ¿La estaba defendiendo?, no esperaba menos de él, era su amante—. Yo y ella jamás hemos tenido algo más allá de la amistad. La que llamó aquella noche en la fiesta era su hermana Lorena. Lorena fue la que estuvo detrás de mí, en mi oficina, en las fiestas en las que acudía, y en todas y cada una de sus insistencias la rechacé, las rechacé porque estaba tonto por ti. Creí que todo lo que hacía por ti te era suficiente como para creer que realmente estaba enamorado de ti, y comprobé esa noche que no fue así. Tú creíste que era el peor hombre. —Lo último le dolió.
—Mike…
—Soy alérgico a las discusiones Elizabeth, no discutiré contigo ahora —la detuvo—. Nuestros planes siguen en pie, recogeré todas mis cosas, seguro Marcus tendrá ya la habitación libre. Ahora, si no te importa, debo impedir que Diana conozca quien es Claudia Tianchester.
Mike se marchó…
![](https://img.wattpad.com/cover/81352473-288-k484159.jpg)
ESTÁS LEYENDO
Querida, no soy infantil 1 Y 2
HumorPrimera obra y segunda de la trilogía infantil ....... Aviso: •Obra completa •Adultos comportándose como niños. •Los lugares y épocas de los sucesos no coinciden; fueron escritas intencionalmente. •Final y trama diferente. •Escena...