Epílogo

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Víctor.

Quítate de mí vista, no me tomes la mano delante de tanto público, ya te he dicho hasta el cansancio que no somos pareja, mi hermano aún no aprueba esto, con un demonio Víctor no me vuelvas a besar así, mírame bien asalta cunas no estoy para bromas. Regaños y regaños, en todas ellas me mantuve firme, sabía que terminaría cediendo.

Mi amigo dio el visto bueno desde que me descubrió tomando la mano de Darío, me arrinconó esa tarde lejos de los oídos de Darío, me pidió me comportara con él y si insistía en no quererme cerca que me alejara o él me apartaría. Nunca me apartó, supongo que a pesar de que Darío insistía en no quererme cerca no era así.

Hoy estoy aquí, vestido elegantemente, asistiendo a unos cumpleaños de mi sobrina Anna, me ha tomado cariño, y como regalo de ocho años me pidió que me esforzara por prepárale un pastel de café pidiendo ayuda a Darío, el muy tonto se negó y me dejó con todo, supongo se está desquitando por algo y no sé qué, juro que en los últimos dos años me he comportado de maravilla.
Dos tornados vienen a mi tomados de la mano de mi cuñado, sonríe y agradece mi aportación para la fiesta, doy a los niños dos rebanas de pastel y se desaparecen.

     —Me sorprende que lo hayas preparado sin la ayuda de mi hermano. —Qué falta de confianza, basta con seguir una receta y listo. Me encojo de hombros.

     —Hice lo que pude. ¿Gustas? —le ofrecí.

     — ¡oh, no! sabes que dejé los postres y más el café; se supone le doy un ejemplo a Elizabeth, ya sabes cómo es y con su embarazo ha estado más loca de lo normal, no hay día que no me recuerde que si le he quitado muchas cosas que come, ella lo hará también. —le miro con pena, no imagino lo que tiene que pasar con ese loca y sus hormonas alborotadas. 

     —Y decías que entre ustedes solo existía amistad, has escuchado alguna vez el dicho, donde hubo fuego cenizas quedan —niega. Bueno yo tampoco la había escuchado hasta que el novelero de Darío me obligó a ver ese programa donde el dueño y los empleados son muy chismosos y se meten en la vida de los demás—. Ahora mismo te queda muy bien.

     —Si bueno, yo… debo ver cómo está, me pareció escucharla gritar. —se aparta con las manos en los bolsillos, anda vete que yo también la escuché gritar. Se pierde entre la gente y vuelvo a quedarme solo.

Busco a Darío en todas direcciones, lo encuentro con Anna, ambos bailan y ríen, me relajo observándolo y poco después una mujer muy joven se acerca a él y sin dudarlo acepta bailar con ella. Mi plan era no molestarme, pero cuando esa mujer quiso poner sus manos en su rostro, me enojé, Darío continuó bailando con ella sin quejarse, sonreía y le susurraba al oído algo que a ella le parecía gracioso. Me repuse, corté una gran rebanada de pastel, vagué por los jardines del casino encontrando pequeños bichos, tomé algunos procurando que no seas dañinos y volví al pastel, puse los bichos en el centro de ella, ocultándolos y fui en busca de Darío.

Seguía con esa mujer, se presentó como Catalina, y siguió conversando con Darío, le dejé el pastel y me retiré sonriendo maliciosamente, lo que sea que le pasara lo tenía merecido.

Poco después corrió al baño, estuve riéndome hasta que me dolió el estómago.

Recibí un mensaje de él minutos después:

Burro y odioso corazón Vítor </3

¿Qué me acabas de hacer? :´(

Me he acabado el papel higiénico y todavía no acabo, un golpe bajo Víc.

Y tienen el descaro de preguntar, tecleo rápidamente.

Sin vergüenza Darí. TnT

Me alegro que no tengas papel higiénico ;) Te lo mereces por estar de ofrecido con ella, Catalina me parece. ¿Te suena?

Su respuesta no tarda demasiado, y al leerlo me hace querer morirme.

Lelo y tonto Víctor </3

Deja de sentir celos hasta con el perro de la vecina, Catalina es mi prima, es la hija de mi tío Mario. ¿TE SUENA? >:(

Esta noche no comparto cama contigo solo por lo que me acabas de hacer, y me pensaré si perdonarte solo si me consigues un papel higiénico. :v

Tienes tres minutos. Tic. Tac.

Corrí a toda prisa fuera del casino, esperando encontrar una tienda de abarrotes cerca de aquí. Ya vi mi futuro, durmiendo el sofá en lo que resta del mes.

                                                  

Querida, no soy infantil 1 Y 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora