Capítulo 14

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———Verdades y otros traumas———

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Verdades y otros traumas
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     —No te burles Elizabeth, no por nada soy maestra de un preescolar prestigioso. —Comentó orgullosa.

     —No me digas, así que de la noche a la mañana te agradaron los niños —cuestionó con un tono de voz quejoso—. Nunca dejas de sorprenderme. Creí que estar con niños te disgustaban; porque creías que los niños son sucios y podrían manchar sus tontos vestidos provocativos.

     —Pero mira que te encanta parlotear mentiras, ¿Es que acaso no recuerdas que tú me animaste a dedicarme a esta profesión? —Ahora sí que le dolieron sus palabras, ¿Dónde estaba esa amiga suya que adoraba meterse en problemas junto con ella en los bares desde que cumplieron la mayoría de edad? —, ¿Seguirás con esto? ¿Recriminándome? ¿Culpándome por perder a Mike?

Como ansiaba terminar con todo de una vez. Evadiendo sus preguntas, ella volvió al ataque.

     —Sea lo que sea, yo estoy segura que eres maestra sólo porque aprendiste finalmente a colorear y a hacer manualidades que muy bien sabría hacer mi linda sobrina. —Diana le molestó escucharla decir eso.

Sabía que lo que decía era solo una mentira, ella misma la animó a estudiar esa profesión, traía a su sobrina al departamento que compartían mientras estudiaban para practicar y ver si contaba con el don de la enseñanza, y por supuesto lo tenía. Elizabeth siempre estuvo feliz por ella, y ahora sabía que ella la odiaba por un simple malentendido. Anteriormente, no sabría cómo haberse defendido ante la acusación de robarle a Mike. Simplemente una tarde Diana intentó hablar con Elizabeth y preguntarle porqué la arrogó a la piscina con suma violencia, a lo que ella respondió con una bofetada, dejándola descompuesta por lo que acababa de ocurrir ante un curioso público. 

Eliminó ese vergonzoso recuerdo de su mente, y se dirigió a Elizabeth con voz neutral, recordando las cosas que Mike le habló de ella:   

     —No pienso discutir contigo, Florterca.

     — ¿Cómo dices? —Diana se mantuvo seria en todo momento, incluso cuando se repitió mentalmente el sobrenombre de Elizabeth varias veces más.

     —Como escuchaste Florterca, no seguiré tu juego y no terminaré peleando contigo —sonrió esta vez.

     —No hablo de eso tonta —le dio un último bofetón a Mike y se puso de pie—. Este flacucho te contó cómo me decía, ¿Fue este niño en cuerpo de adulto, verdad? ¡Habla! —Gritó con insistencia al resistirse Diana en responder.

     — ¡Me lo dijo en un acto de embriaguez! —Soltó.

     —Mike jamás se ha emborrachado desde que estuvimos juntos —al menos eso sabía muy bien desde que lo conoció. Le comentó su experiencia con la bebida durante su graduación, él mismo dijo que beber la llevaría por un mal camino si no soltaba la bebida, y que mientras ella le permitiese estar compartiendo su vida a su lado no dejaría que un mililitro de alcohol atravesara su garganta—. Él no bebe Diana, no mientas con eso.

Querida, no soy infantil 1 Y 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora