Capítulo 23

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   —Estoy avergonzada y no quiero que me veas —se recargó en la puerta con dificultad; su vestido corto no estaba hecho para estas cosas—. Estas cometiendo un error Mike, Elizabeth te ama.

Enarco la ceja izquierda; algo que últimamente hacía. Por supuesto que no estaba en un error, no lo creía así.

     — ¿Tú también lo haces? y si lo que quieres decirme es que la prefiera por segunda vez, no va a pasar. Ella y yo ya tuvimos nuestro tiempo y no funcionó. Ahora te elijo a ti, y no puedes hacerme cambiar de opinión —sentenció—. Ha menos que tú no me elijas, sabré entenderlo.

     — ¿Por qué ahora Mike? ¿Por qué cuatro años más tarde? —Quiso saber.

     —Porque un sueño que creí real me lo aconsejó o simplemente estaba segado por el amor hacia Elizabeth, sinceramente no lo sé. No me confundas más Diana, sólo quiero intentar hacer un cambio a mi vida y quiero que tú estés en ese cambio, ¿Es tan difícil que lo entiendas? —Suspiró con pesar.   

     — ¡Es difícil Mike!, no dejas de sorpréndeme con cada inesperada decisión, no sé qué hacer. —No puede creer que sea real.

     —Lo primero que debes hacer es salir de esa alacena. Siento que le estoy hablando a una puerta, me siento como tonto, aunque técnicamente le estoy hablando a la puerta, bueno no precisamente a la puerta porque tus estas aquí, n-no quiero decir que seas la puerta, ¡ay! ¿Te das cuenta? ahora estoy diciendo tonterías. —Ambos sonrieron.

     — ¿Qué pasaría si salgo de la alacena? —Limpió su vestido, quitándose las pequeñas frituras. Intento ponerse de pie, pero con los tacones le era imposible; resbalaba.  

     —Vamos a comprar un par de globos. Creo que he visto a un vendedor muy cerca de aquí mientras conducía como loco. —Tenía la mano ya en la perilla, preparado para abrirla.

     —Eres un infantil, Mike —intentó por segunda vez ponerse de pie en vano—. Quitaré el seguro, ábrelo tú, yo no puedo levantarme. —Suspiró.

Así lo hizo, abrió la puerta. Diana estaba en una posición bastante vergonzosa; caería de nalgas en cualquier comento. Mike se apresuró a ayudarla a ponerse en pie. La sostuvo en sus brazos con fuerza, Diana se sintió desfallecer, era la primera vez que Mike la tomaba de esa forma. Sonrió, la Diana que tenía en sus brazos era igual a la de sus sueños, pero no tenía la piel bronceada, cara de zombi a la falta de maquillaje y el peinado deshecho. Quiso besarla solo para saber si lo racharía de la misma forma que la Elizabeth de sus sueños.

Debía esperar. 

     —Querida, no soy infantil. Tienes a un adulto ante ti. —Diana sonrió.

     —Lo dice alguien que quiere comprar globos —sin pensarlo, besó sus labios con ternura. Ese beso pronto se intensificó, Mike le había correspondido con el mismo deseo. Se dejó hacer, permitió que Mike la guiara…—. No puedo creerlo. —murmuró, separándose de sus labios, soltando una risilla entre sus labios.

     — ¿Qué no puedes creer? —cerró los ojos, lamentando que haya detenido el beso, ella no lo rechazaba. 

     —Que estés aquí, pidiéndome que compremos globos y que estemos en mi cocina besándonos.

Abrió los ojos y la miró con diversión mientras decía:

     —Necesitaremos muchos globos cariño, debes creerme —Diana se ruborizó, entendió esa mirada y esas palabras—. Estoy bromeando. Aunque no estaría nada mal.

     —Por el amor de Dios, Mike. Esas palabras no se dicen en una cocina, Luisa podría escucharte. —Le regañó.

     — ¿Y en una habitación? — ¿Dónde había quedado el infantil de Mike, del que Elizabeth tanto se quejaba? Diana se preguntó.

♦♦

Capítulo final, chan, chan...

¡900 votos! Gracias <3
Ese gif de Tom (Mike) me hizo reír demasiado 😂🙊

Querida, no soy infantil 1 Y 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora