Capítulo extra: La boda de Elizabeth

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Buenas noches :3 me tomé la molestia de contarles que ocurrió en la boda de Elizabeth, para hacerlos reír un rato :).
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—No me agrada que estés apegado nuevamente a ella. —Refunfuñó una molesta Diana, quien cargaba a su pequeña Anna ahora de un año y dos meses.

La observó desde el espejo, negando con una sonrisa en el rostro giró, pasando sus largos dedos por su cabello. Caminó con decisión a Diana, la tomó de la cintura pegándola a su cuerpo. La pequeña parecía divertirle tener a sus padres tan cerca, sonreía mirando a Mike.

—Noto los síntomas de celostina. —Besó la cabeza de su hija e intentó besar a Diana en los labios, sin embargo ella se negó.

—No, estoy molesta —Elizabeth volvía a estar en la vida de Mike con más frecuencia, se excusaba que necesitaba ayuda para los preparativos para la boda y Mike amablemente había estado a su lado siempre que lo necesitaba—. Dime Mike, ¿Ella te atrae aún?

Negó enseguida.

—Querida, sabes que la única que me trae besando el suelo eres tú. No me vengas con esas cosas, Elizabeth se casa mañana y yo estoy feliz por ella. Prometo que después de mañana, los favores para ella terminan, ¿eso te convence? —acarició su mejilla. Al ver que no cedía a sus palabras, se dirigió a su hija con voz suave—: ¿Dime Anna, cantamos la canción de Vicente Fernández?, a tu mami le sentaría bien mi canción. ¡Vamos a cantarla!

—Suficiente señor Tianchester, me llevo a la niña a su cuarto.

—Pero si íbamos a cantar.

—Mike, nos vemos más tarde.

Salió de la habitación, dejando a Mike cantando en voz baja la canción mientras terminaba de cambiarse. Hoy acompañaría a Juan a traer a sus tíos del estado vecino.

No esperaba que fuese un gran día, de hecho no esperaba nada, bien, realmente lo único que quería era que Mike se comportara mientras estábamos como familia. Ya decía que querer eso era demasiado. La boda fue hermosa, Elizabeth se veía espectacular con aquel vestido blanco de pequeñas piedras brillantes en el abdomen, el novio lo estaba también, debo confesar que cuando el padre dijo aquella frase tan popular "¿Hay alguien aquí presente que se oponga a este matrimonio?" temí que Mike lo hiciera, sin embargo su completa atención estaba en nuestra hija. ¡Un alivio!

Mis esperanzas de disfrutar el resto de la tarde se perdieron cuando Mike tomó la primera copa de vino, le advertí y recordé que jamás había probado un solo sorbo de alcohol y hacerlo ahora le haría un mal, me juró por todos los pandas que no pasaría nada malo, que disfrutáramos el resto de la fiesta y nos marcharíamos, « Descuida querida, sólo es una copa, después tomaré lo que sea que estés tomando» Esas fueron sus palabras.

Eso no paso.

Tampoco bebió sólo una copa, sino dieciséis según conté los vasos de vidrio que continúan en nuestra mesa.

Ahora está tambaleándose en la tarima, pidiendo que los músicos se detengan. No pienso intervenir, que haga lo que quiera, estoy segura que mañana estará apenado y teniendo una terrible resaca.

— ¡H-Hola!, ¿Esta mierda de micrófono sirve? —Quien cantaba hace un momento le informa que sí—. Bien. Bueno, muchos de ustedes me conocen, ¿Verdad? —Casi la mitad de ellos intercambian miradas confundidas y asienten—, ¿Sabían que era novio de esa loca, verdad? —señaló al fondo a Elizabeth sentada a lado de su ahora esposo, quien miraba a Elizabeth molesto e intentando ponerse de pie, ¡ira por él! —. Señores, ella me raptó por una noche —los invitados comenzaron a murmurar, algunas miradas estaban en mí, ¡yo lo mato, no sólo se avergüenza él, sino que me lleva entre las patas! 

Querida, no soy infantil 1 Y 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora