Capítulo 15

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Plan de escape
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La verdad había quedado revelada sin el consentimiento de Mike y una Elizabeth confundida quedó en silencio, mirando a su infantil aún inconsciente. ¿Por qué calló la verdad? ¿Por qué preferir terminar su relación sin molestarse en evitarlo? Elizabeth necesitaba conocer la respuesta de esas preguntas y las conseguiría ahora que sabía la verdad. Sonrió con tristeza, dejando escapar una lágrima traicionera. Su querido Mike le habría propuesto esa noche matrimonio, ¡Cuánto tiempo había esperado eso! Ahora aquel atontado e infantil se deshizo de la sortija finalizando su ruptura. En todo caso la culpa era suya al no permitirle justificarse y la de él al ya no insistir en hablar del tema.   

♦♦

Tiempo más tarde Diana quiso hablar con Elizabeth.

     —Elizabeth, por favor…

     —Debemos salir de aquí. —Su voz apenas fue audible.

     — ¿Cómo dices? —Frunció el ceño. Acababa de romper toda esperanza con Mike, y aun así pretendía ideárselas para unir fuerzas y escapar del lugar. 
 
     —Salgamos de aquí, Diana. No podemos quedarnos en este lugar ni un rato más. —Por supuesto que no podía, ella necesitaba respuestas y no las conseguiría si continuaba en ese sitio a lado de Diana.

Con Mike en el séptimo sueño, el plan de escape comenzó a idealizarse en la mente de Diana. Observó el diseño de la puerta de su “celda”; palos delgados, cruzados entre sí diseñados como puerta, amarrados con lazos que nombraban “mecate” los taparrabos, el seguro también era un lazo y éste había sido enredado varias veces en el muro de la choza y amarrado perfectamente; asegurándose así, que no logren escapar. Intentó desatarlo, pero no lo consiguió, la misma Elizabeth se ofreció a hacerlo sin lograrlo.

Diana miró a Mike y a la puerta. Tocó su barbilla y finalmente suspiró.

     —Esto me dolerá más que a él —murmuró Diana—. Considero que usemos a Mike para abrir la puerta. —Propuso.

     —Mike no reacciona —bufó—, ¿Acaso no lo ves? Parece un vegetal. —Tiró de su cabello, nerviosa.

     —Ese es el punto. —Rodó los ojos.

     —Diana Sánchez, ¿Qué plan tienes exactamente? —achicó los ojos, señalándola.

La malévola Diana puso las manos en su cintura.

     — ¡Oh vamos!, planeo lanzarlo hacia la puerta —Elizabeth se escandalizó—. No debes preocuparte de nada. Si está en ese estado no sentirá cuando sea lanzado por nosotras contra la puerta.

     — ¡¿Pero qué mente retorcida le haría algo así a Mike?!  —Pero como una mujer como ella que aseguraba quererlo le haría algo así. Ha Elizabeth no le convencía aquello.

     —La mía —sonrió—. Por favor Elizabeth, podríamos salir de aquí, el peso de Mike podría salvarnos. Tienes que admitirlo, esto puede funcionar, o bien, podríamos quedarnos aquí sentadas y esperar a que Tialoc regrese y nos cocine para su hermano.

Ella lo pensó… La idea no parecía tan mala. Debía culparse después por sus acciones y ver por su vida ahora, además, aún le tenía coraje a Mike por la tontería que hizo al quemar a Tealec.

Querida, no soy infantil 1 Y 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora