Capítulo 64

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***Capítulo para mayores de edad (y para a las que les vale esto cómo a mi cuando tenía 13)***

NARRA ROUS.

El lugar era simplemente perfecto, mágico o tal vez era Edward que me hacia sentir así. Era un bosque hermoso, los arboles eran muy altos y todo era muy verde, y eso que aún estaba oscuro porque era de madrugada.

Dejamos la camioneta al frente de la hermosa cabaña que los Styles tenían y ví como Ed sacaba una mochila bastante grande.

-Bueno princesa, tenemos que empezar a caminar antes de que se nos haga tarde y no queremos que te pierdas lo mejor.

¿Tarde? Pero si aún no amanece.

***

Había un lago, atriles para pintar y vi como Edward estaba sacando pinturas y pinceles de su gran mochila. También sacó una manta y unas bolsas con un contenido desconocido; 2 vasos y una botella de vino.

-¿Todo esto lo hiciste por mi?- Le pregunté mirando el lindo paisaje.

-Sólo espero que te guste- Noté como movía sus dedos ¿Nervioso?.

Pasaron unos cuantos minutos cuando comenzó a amanecer.

-Edward- Susurre.

Si todo lo que había visto era hermoso, ver el amanecer me dejó sin palabras.

-Lo sé- Me abrazó por la espalda -Ahora es hora de pintar. Saca una fotografía del paisaje con tu mente y pinta.

Pasaron tal vez un par de horas cuando cada uno había terminado su pintura y el desayuno que Edward preparó, hizo unos panquequitos de plátano con avena y mermelada para ponerle encima, con un delicioso café, no sé de dónde sacaba estas recetas pero esta muy rico.

-Eres un gran chef- Besé su mejilla.

-Solo sé seguir recetas en YouTube- Me reí y lo volví a besar.

Miré mi pintura. Si hay algo que me gusta mucho es pintar con mis dedos, el problema es que Edward no trajo nada para poder limpiarme y no quería ensuciar el mantel.

-Tu pintura quedó preciosa Edward-.

Es que este hombre era muy talentoso, prácticamente quedó como una fotografía, cada cosa bien detallada, simplemente wow.

-Es tuya si la quieres- Sus hoyuelos estaban a la vista dejándome ver su linda sonrisa.

-¿De verdad? Me encantaría. Gracias- lo abracé.

Me aparté de él y me estaba mirando muy seriamente que hasta me preocupó.

-Creo que tienes algo en la cara-.

Alarmada toqué mis mejillas.

-¿Dónde?- Comenzó a reír.

Claro, hizo que me manchara.

-No es divertido- Lo regañé en broma.

-Mira el lado positivo, tienes las manos limpias-.

Lo miré y también comencé a reír.

-Eres muy simpático-Dije con sarcasmo.

-Si, lo soy- Sonrió como si nunca hubiera quebrado un plato y sin pensarlo tomé el envase de una de las pinturas y se lo tiré en la cara.

-El rosado te queda muy bien- Reí hasta que vi su cara- No te vas a enojar cierto?.

-Claro que no mi gatita-.

Su sonrisa maliciosa hizo que me estremeciera. Se acercó lentamente y me abrazó pasando su cara por la mía dejándome llena de pintura.

Así fue como comenzó nuestra guerra de pintura y como perdimos nuestra ropa, ya que seguramente jamás saldrán estas manchas.

Las Hermanas Lewis (trillizos Styles)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora