Tony.
Ya habían pasado un par de días después de la fiesta de navidad, me encontraba con Will y Jake jugando un videojuego de pelea que llevaron; estábamos sentados al borde de los sofás mirando hacia la televisión donde se proyectaba el juego, era el turno de Jake contra Will. La tarde ya se estaba acabando y sólo había un poco de sol el cual derretía la nieve de los tejados y coches de las calles. Steve estaba tomando una ducha desde hace minutos. Fue nada más pensar en él y salió de la ducha. Ya estaba vestido y seco, tenía una pequeña toalla en la mano la cual sacudía agitándola en su cabello rápidamente.
–Nooo... –Se quejo Jake. –Es la quinta vez que nos ganas a mí y a Tony. Giré de inmediato a ver cómo había terminado el juego, mal para mí y Jake.
–¿Qué hacen, chicos? –Se escuchó Steve.
–Tratando de vencerlo... –Señaló Jake a Will. –...Pero no podemos hacer desde hace varias rondas.
–Vamos, Steve, juega. ¿O acaso tienes miedo? –Le incité sonriendo. Él me devolvió la sonrisa y tomó el mando que le ofrecía Jake.
Jake.
Ya había pasado aproximadamente media hora desde que Will y Steve estaban viciados al juego. A Veces perdía el uno contra el otro, a veces ganaban. Yo y Tony nos encontrábamos ya aburridos de estar ahí sentados. Ya habíamos platicado de varios temas y más y muchos más.
Incluso habíamos reclamado tener hambre en voz alta para que ellos escucharan, pero estaban centrados a la pantalla. En cierta parte era gracioso, porque era como ver a un hermano jugando con su hermano pequeño.
Terminaron su partida y nos levantamos a apagar la televisión y la consola; seguido de eso se escucharon quejidos provenientes de ellos.
–Ya, fue suficiente por hoy. –Caminé hasta los sillones de nuevo, me siguió Tony.
–Sí, llevan demasiado tiempo jugando eso. –Reclamó Tony. Ambos rubios se miraron entre sí.
–Tienen razón chicos. -Habló Steve.
–Sí, ¿Por qué no vamos a comer algo, mejor? –Dijo Will.
–Ya les habíamos preguntado eso hace... –Me calló Tony con su mano en mi boca por la espalda.
–Sí... vayamos a cenar. –Habló tranquilo. Con eso entendí que no quería hacer aquello más largo y quería ir a comer-cenar de una vez por todas.
Will.
La noche ya estaba presente, después de buscar y decidirnos por un restaurante, ya habíamos comido y salido de éste también. Las farolas de la calle hacían que las calles negras brillaran y reflejaran un poco de su luz blanca en el suelo. El clima seguía muy bajo, ya que incluso se notaba el aire salir de bocas de varias personas al hablar.
Íbamos por la banqueta de la calle. Pero vi a una señora muy mayor sentada en el piso vendiendo dulces con sólo unas ligeras mantas. Me separé de los chicos que seguían caminando sin notar mi ausencia y me acerqué a ella.
–Buenas noches, jovencito. Hay variedad de dulces. –Su voz temblaba debido a su edad. Le solté una risa pequeña y me agache al piso para ver mejor.
–¿Me podría dar 4 de estos, por favor? –No había ni visto la mitad de los dulces, pero le quería hacer una compra a aquella señora.
–Claro que sí, joven. –Contestó de igual manera a la vez anterior. Los metió en una bolsa de plástico y le pagué lo que consideraba necesario. Al momento de darme la bolsa me miró y me analizó. –Te pareces mucho a mi antiguo nieto, hijo. –Soltó un suspiro de nostalgia. Yo le respondí con una pequeña risa.
–Ow, gracias señora... –Respondí sonriendo aunque parecía más una pregunta que respuesta. –¿Qué fue de él? –No quería hacer mucho tiempo ahí, pero quería hacer una buena acción esa noche.
–Él se metió con la gente equivocada. –Suspiró.
–Lamento mucho eso, señora.
–No te preocupes, gracias por molestarte. Poca gente habla con extraños. –Sonrió. Fue una de las sonrisas más honestas que vi. –Me alegra que aún queden personas de buena fe. –Sonreí. Ya de pie.
–Mira... -Sacó algo metálico de sus bolsillos de un chaleco delgado que tenía puesto. –...Conservalo. –Me puso aquella pequeña caja color metal en la mano.
«¿Un encendedor?» pensé.
–Pueden salvarte la vida. –Continuó ella. Eliminé la confusión de mi cabeza y agradecí.
–Eh, muchas gracias, de nuevo, por los dulces y el encendedor.
–De nada, hijo. –Agitó la mano.
Comencé a caminar analizándolo. Tenía una "M" grabada, posiblemente del nombre de la amable señora. Lo giré y se convertía en una "W" de Will. Por otra parte no tenía nada en especial, era como cualquier otro encendedor normal. Traté de encenderlo y en efectivo, sí servía.
Lo guardé aunque aún no sabía para qué lo usaría. Yo no fumaba, Jake sí, pero eso fue antes de ser novios y por suerte lo ayude a salir del vicio.
Recordé que los deje lejos y corrí derecho por las calles esquivando personas. Cuando choqué con una y casi caigo.
–Oh, Will. Aquí estás. –Exclamó Jake. –Apenas íbamos a ir a buscarte.
–Perdón, fui a comprar algo. –Sacudí la bolsa. No iba a decirle que me había nacido de la nada hacer una acción buena. –Por cierto, ten. –Saqué un... una paleta. Al parecer eso había comprado.
Comenzamos a seguir a Steve y Tony por la espalda, creo que no se habían dado cuenta de que nos habíamos detenido y me había ido.
Iban tomados de la mano, y caminando como una pareja, les iba a dar la paleta luego para no interrumpirlos.
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Baia, baia ¿Un encendedor cuadrado plateado?
¿Qué querrá decir eso? 7-7Lo siento, me atrase unos días en el fanfic debido a que en el capítulo anterior me lleve más tiempo y mi celular tenía un error y no me indicaba los errores ortográficos D':
También porque pensé en hacer los capítulos más largos. En vez de subir dos capítulos, subir uno con el contenido de dos. (no sé si me explique)
Pero me llevaría mayor tiempo actualizar y no los quiero dejar tanto tiempo sin subir nada.
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No Es Como En Las Peliculas (Stony)
FanfictionTony Stark y Steve Rogers, dos hombres totalmente opuestos. Uno es un gran multimillonario y el otro un soldado congelado y despertado en el siglo XXI. Ambos comenzarán a tener demasiadas dudas respecto a sus vidas, relaciones y sentimientos. Volver...