Cap. 58

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Will.

Desperté acostado en un frío piso de concreto gris y polvoriento, estaba en una habitación abandonada de puro concreto. Una puerta de hierro con un pequeño ventanal con barras también de hierro. En ella. También una pequeña ventanilla en la pared detrás mía, igualmente con barras de hierro. Parecía una especie de cuarto de cárcel. Una gota caía lentamente de una gotea del techo, había ya un charco en aquel lado del líquido.

La cabeza me dolía un poco, lo único que recordaba era haberme puesto borracho en la fiesta de Tony. Mire por la ventana, estaba en una pequeña casa en medio de un bosque. Toqué mis bolsillos del pantalón, nada, no tenía mi celular. Sólo tenía aquel encendedor plateado y cuadrado de la mujer mayor que me lo había dado.

«Genial.» pensé irónicamente. Sabía en qué situación estaba: Secuestrado.

Grité a través de la ventana que daba al bosque pero era obvio que nadie me escucharía. Grité, grité y grité. Grité tanto que mi garganta quedó afónica y me dolía. Me habían dejado una taza de agua al lado de la puerta.

«¿Qué ha pasado?»

Me senté recargado en la pared y abrazando mis piernas, sin querer unas lágrimas comenzaron a salir de mis ojos. Llorar sólo me producía pensar en cosas más negativas y tristes.

–J-Jake. –Susurré para mí mismo. Y cubrí mi cara con mis piernas. Pequeños sollozos hacían eco en la habitación.

–Esto no está pasando. –Susurré para mí mismo aferrándome más mis piernas.

Tony.

Ya faltaba poco para las 8:00. Estaba a punto de irme. Steve y Jake ya empezaban a alarmarse por la desaparición de Will. Con un pretexto para salir dije que iría a buscar a Will a la calle, que posiblemente tardaría o me retrasaría en llegar a casa.

Antes de irme escribí todo en un papel y lo deje en el reverso de la puerta de la habitación pegado, sólo por si no terminaba bien en aquella situación.

Me había dicho minutos antes que si me veía hacer un truco por mi traje de Iron-Man inmediatamente le disparaban al chico.

Así que no llevaba nada que pudiera ayudar. Antes de llamar al ascensor le hablé a Steve.

–Steve... quiero decirte que siempre te he amado y lo seguiría haciendo mil veces más si pudiera. Has sido una persona más que importante en mi vida, en estos últimos meses que estuvimos juntos, para mí fueron los mejores que pudiera haber tenido. Nunca me cansaré de agradecerte por lo que has hecho por mí. Te amé desde un principio y te amaré hasta el final. –Sin dejarlo responder lo besé.

Tomé sus mejillas tibias y suaves, no quería exagerar o pensar en cosas muy negativas, pero posiblemente éste era nuestro último beso. Mis ojos cerrados soñaban en todos los momentos felices con Steve. Nuestros labios cálidos se movían sobre los del otro, presionando y disfrutando cada momento, un calor seguro me envolvió debido a Steve. Las mariposas siempre se hacían presentes y era la mejor sensación de todas. Jamás me cansaría de amarlo y besarlo.

–Tony. –Exclamó sorprendido después de separarnos. –Eso fue muy... lindo.

Mis ojos se habían aguado, sonreía ante él pero quería aferrarme y quedarme ahí en su pecho y en su calor.

–Me tengo que ir. No olvides que te amo. –Dije entrando al ascensor y presionando el botón.

–Yo te amo más, príncipe.

Y las puertas se cerraron.

(...)

Al fin estaba en la dirección que me habían indicado. La noche era fría, despejada y solitaria. Estaba en medio de un gran bosque de pinos. En un lugar despejado y más adentrado al bosque vi una cabaña de troncos de madera. Tragué saliva tratando de deshacer el nudo que tenía en la garganta, y comencé a caminar hacia allí.

No Es Como En Las Peliculas (Stony)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora