Cap. 55

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Tony.

–¿Cómo? –Preguntaba sorprendido.

–Así es, señor, usted sólo hizo reservación hasta el día 30 de diciembre en este hotel.

–Osea que nos debemos de marchar hoy. –Seguía sin creérmelo, la recepcionista en pocas palabras nos estaba pidiendo eso.

–Lamentablemente sí, señor.

–¿Y no hay forma de extender los días y pagarlos aparte?

–Me temo que no, debido a que otra familia quiere alojarse aquí para año nuevo; y sólo estaban la habitaciones de ustedes, y como ustedes se iban hoy según el registro, se las dimos.

Rayos, ¿Y ahora adónde nos iríamos? Posiblemente regresariamos a casa y celebrariamos año nuevo allá.

–Está bien, iré a avisarles a todos. –Seguido de decir eso, me marché y subí por el ascensor. Espero que no se pongan tristes todos por el hecho de irnos ya.

Se abrieron las puertas y salí en dirección a nuestro departamento. Tenía tres sentimientos luchando por todo mi cuerpo para ver quién ganaba: coraje, tristeza y preocupación.

Abrí la puerta y entré buscando a Steve.

–Oh, Hola, cariño. ¿Para qué te llamaron? –Preguntó mientras cocinaba algo.

–Malas noticias. –Solté un suspiro grande. –Me han dicho que nuestro hospedaje aquí se terminaba hoy, debido a que así lo marcaba en la computadora.

–¿En serio? –Preguntó exaltado. –¿Y no podemos pagar los días por separado?

–Lo mismo dije yo, pero otra familia se hospedara en nuestros departamentos. Ya nos los ganaron.

–Bueno. –Se quedó pensando unos segundos. –Podríamos aprovechar este día afuera y después volver a casa después.

–¿Eso piensas? –Pregunté un poco desanimado.

–Sí, vamos, será un día bueno. –Me tomó por las caderas y me dio un beso en la frente. Inmediatamente sonreí.

–Con pasar un día junto a ti, siempre estaré feliz.

Me dio otro beso y me despeino el cabello tal y como un niño pequeño, después volvió a la comida.

–Y por cierto, ¿qué cocinas? –Me acerqué a él y lo abracé por detrás. Recostando mi cabeza en su espalda mientras él seguía cocinando.

–Pues se me apareció el típico desayuno. Huevos con tocino.

–¿Sabes a qué momento me recuerdan? –Solté una risa pequeña, aún seguía abrazándolo por detrás.

–¿A qué, príncipe?

–Cuando te quedaste a dormir en la torre y en la mañana me ayudaste a cocinar, ese día comimos eso. –Pude sentir como su cuerpo se exaltaba, acto seguido apagó la estufa y se giró hacia mí.

–¿Lo recuerdas? –Lo tomé de los hombros y él a mí de la cintura.

–¿Recordarlo? ¿Cómo olvidarlo? –Sonreí de lado, bajando la cabeza y después subiéndola. –Ese dia me quemé la mano, y en ese tiempo todavía no sabías que me gustabas. Por lo cual, fue un lindo día para mí.

Steve seguía sonriendo y después me besó, chocando sus labios contra los míos y moviéndolos suavemente.

–¡Wow! Creo que te pediré que cocines siempre. –Dije mirándolo hacia arriba. Él sonrió y me calló con otro beso.

No Es Como En Las Peliculas (Stony)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora