El Condenado

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Disculpad, me había descuidado subir un capítulo de este personaje. :P El que los títulos de los capítulos se repitan es un poco follón para mí, espero no cometer muchos errores de estos. Ahora está solucionado y el capítulo que faltaba ya está insertado en la posición que le toca.

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Supo que era el lugar indicado en cuanto vio la silueta de los edificios aparecer ante su mirada, recortada sobre la oscuridad del cielo con cada rayo que resplandecía. Nubes de estorninos cobraban vida confundiéndose con la tormenta y trazando en su vuelo la raya imaginaria que dividía los mundos.

Entrecerró los ojos intentando ver aquello que no se mostraba a los mortales. ¿A quién buscaría primero? ¿Al pájaro o al caído? En el mundo de penumbras, los muertos traspasaban la frontera a menudo. No era raro encontrar espectros vengadores y almas que se habían negado a abandonar la tierra. La frontera entre la vida y la muerte era una fina línea que podía ser quebrada con relativa facilidad. En todos sus años de condena, había visto como las almas pasaban de un lado a otro y, en ocasiones, algunas regresaban.  Él siempre se quedaba allí, mirando como sucedía. Deseando que fuera la suya la que emprendiera el camino y avanzando con tristeza cuando no sucedía.

Los mensajeros habían optado por esquivarlo, no fueran a cometer un error que afectaría a toda la Creación. No pudo evitar una sonrisa amarga al pensar en lo que implicaría ese error, y una parte de él, aquella que disfrutaba tirándose de un puente para tentar a la suerte, pensaba que debía de ser divertido observar el Apocalipsis en primera línea. Como ya había hecho durante el Génesis.

Pero él no era ni el Alpha, ni la Omega, solo era una triste Vaw.

—¿Qué tenemos aquí? —preguntó en voz alta sin hacer caso a los transeúntes que le miraron de reojo con signos de extrañeza—. Hacia allí hay oscuridad —se dijo, mirando a su izquierda—. Hacia allí, una luz que se apaga. —Era una luz potente y mortecina al mismo tiempo. Invisible a los ojos de los vivos pero era imposible que pasara desapercibida para los mensajeros. Había algo que la ocultaba, como una mano delante de una bombilla. ¿Sería eso suficiente para mantenerla lejos del radar sobrenatural de la muerte? —De cualquier forma —prosiguió, pensando en voz alta—, la oscuridad me viene de camino.

... O te sacarán los ojosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora