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Harry sonrió, le daba alegría verla allí, también le entusiasma el haber venido, eso sí que es una sorpresa. Por su parte Jane se encuentra igual o peor que el, sus ojos se expandieron un poco, y sonrió. Las personas ajenas a aquel encuentro observaban concentrados a los progenitores de los muchachos, que derramaban las botellas de vinos, sobre la torre de copas que yacía sobre la mesa, cada copa se llenaba y goteaba llenando otras, en el típico ritual para comenzar el evento.
Los aplausos inundaron la sala, Harry se acercó un poco más a Jane que trata de evitar su mirada, cuando por dentro la alegría le embarga. Sus padres bajan del podio dejándolos a ellos atrás la joven baja rápidamente queriendo perderse entre la multitud, pero él la toma del brazo delicadamente.
‘’Bailemos’’ no es una pregunta, solo le avisa antes de arrastrarla a la pista.
Harry coloca un brazo alrededor de su ceñida cintura para acercarla más a él, desde que la vio en el escenario hace unos minutos, pensó que lucía demasiado perfecta en aquel vestido suelto, sus ojos pardos resaltaban como nunca. Pensó también que esto no era casualidad del destino, la última vez que habló con ella, se había quedado con un deseo inmenso por besarla, que ambos estuvieran aquí era una especie de señal del destino.
Que no pensaba dejar ir.
Por otra parte, descubrió algo, la hermosa muchacha que bailaba junto a él, era nada más y nada menos que la correcta hija del señor Williams, en determinado momento tuvo sus sospechas, pero se cuestionaba el no haberla reconocido antes. Por su parte Jane casi moría allí mismo, ella toma aquel viaje para alejarse un poco de todo eso, pero no, llega el muchacho de loco cabello y arruina sus planes.
-¡Qué suerte que tienes!- le dice su fierecilla.
Y vaya que la tiene, que precisamente el apareciera ahora, no era más que una señal del destino, que ella no quería aceptar. Harry salió de su trance reflexivo, y fijó su mirada en ella, sus mejillas están muy sonrojadas mientras miraba en el espacio de su hombro, quiso voltear y ver aquello que ella tanto miraba, pero luego se percató de que ella solo pensaba, y a juzgar por color carmín en sus mejillas, eso le avergonzaba.
Apretó más el agarre en su cintura, ella le miró rápidamente, verde y café colisionaron en un choque épico, por un momento se perdieron en las miradas del otro fundiéndose en aquellos lagos visuales, él por su parte en aquel río de chocolate de sus ojos, y ella en aquel mar esmeralda brillante.
Las personas a su alrededor, disimuladamente observaban a aquél par, algunos con ternura, simulada o no, y otros con el más puro ojo crítico y despiadado de halcón, muchos de ellos especulaban sobre malas combinaciones, se supone que Jane era el ejemplo de hija perfecta y dedicada, tiene belleza, aunque ella no lo creyera así, lo que aumentaba su humildad y moralidad, como cereza del pastel, es muy inteligente, ellos no veían ninguna compatibilidad con Harry, era de buen apellido, si. Pero no era conocido precisamente por ser un orgullo para su familia, simplemente para ellos eso no era aceptable, al punto de que las parecía casi irrespetuoso y peligroso, para la propia muchacha, no querían que fuera corroída por el demonio de rizos castaños.
En su propia burbuja alejada de la crueldad de los prejuicios, los jóvenes danzaban al ritmo de la música clásica, tocada por los músicos ocultos en el fondo, no dijeron palabra alguna, ambos sabían lo que pasaba en su entorno, incluso sentían las miradas venenosas chocar con su espaldas, sin embargo no querían acabar con su momento románticamente privado.
En dado momento Harry volteó su mirada a sus padres, su madre le sonreía con picardía, mientras su padre llevaba un gesto desaprobatorio colgando de su rostro, consciente de atención provocada, bajo la vista un poco hacia Jane, que era un poco más baja que él. La sorprendió mirándole detalladamente y sonrió, sus mejillas tomaron color desaforadamente, ¿Cómo era posible que ella se sonrojara de aquella manera? Tal vez si era un poco persuasivo, pero su intención nunca fue provocar aquella reacción en ella, no sabía por qué aquello le pareció demasiado adorable y digno de admirar, tal vez Jane es más inocente de lo que creía.