37.

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Los pies de Jane comenzaban a sentir los estragos de aquella intensa caminata. Ligeras punzadas en las plantas de los pies le recordaron que tal vez, ya era hora de pararse a descansar un poco.

‘’No, Jane’’ le dijo su amiga cuando ella le planteó su imperativa necesidad de dejar la actividad que estaban realizando.

‘’Tu lo quisiste’’  le recordó su amiga apuntándola con su fino dedo.

¡A Cassie no se le gana una! Pensó, respirando agitadamente.

Si no paraba en ese instante, probablemente desfallecería ahí mismo.

‘’ ¿Cuánto falta?’’ sus palabras salieron en un cansino suspiro.

‘’ Como tres cuadras ’’ informó la chica de pelo rosa.

‘’¿Qué? ¡No! ’’ chilló Jane, el sudor comenzaba a gotear por su frente.

‘’¡Ya, Jane; lleguemos a ese poste y terminamos!’’ dijo su amiga.

Ya tenía un buen rato caminando por los alrededores del parque de la avenida, y sinceramente comenzaba a  pensar que hubiese sido mejor no decirle nada a Cassie de sus intenciones de hacer ejercicio de allí en adelante. Quería estar saludable, y para ello debía hacer algo de actividad física, además, podría salir un poco de el ambiente al que estaba acostumbrada. La casa y la universidad comenzaban a hacer de su vida algo netamente monótono y no le gustaba. Era muy joven para limitar su vida por una rutina.

Cassie rió, antes de tocar el poste color verde oscuro y retornar su marcha, esta vez, en sentido contrario. Jane suspiró aliviada, su amiga la había apoyado en su idea en el preciso instante, corriendo por ropa deportiva e invitándola a correr en la misma mañana en que le había insistido, más Jane nunca pensó que se lo tomaría tan en enserio.

En la euforia del momento, no recordó que era nueva en eso de hacer ejercicios, de hecho jamás había tenido una rutina en el gimnasio o algún día a la semana para salir a correr, y probablemente por ello se  había cansado tan pronto.

Sin embargo aún le quedaba camino, puesto que  desde entonces lo minutos contarían, pero esta vez, para regresar a casa.

‘’ Necesito más agua’’ murmuró recuperando el aliento, su botella de agua había dejado las últimas gotas en su boca hasta quedar vacía.

‘’ Creo que hay una cafetería cerca ’’

Las chicas caminaron por el  estrecho sendero que llevaba a la parte de aquel parque donde se encontraban los vendedores de comida y las pequeñas cafeterías.

En efecto, unos metros más allá distinguieron las puertas verdes que dejaban a la vista el logotipo del  pequeño café  en letras cursivas. Jane apresuró un poco su marcha, abalanzándose hacia la puerta antes de empujarla, adentrándose al interior del lugar.

Casi inmediatamente, la chica de cabello fucsia ingresó en el local, ella sostenía su celular en la mano y sonreía cual gato de Cheshire.

‘’Jane debemos irnos’’   le dijo en cuanto se acerco a ella.

Jane permanecía atenta en el mostrador, cuando el chico de la tienda le entregó la botella de agua, lo único que hizo fue entregarle el dinero y voltearse para prestar atención a lo que su amiga le decía.

‘’ Está bien ’’ la botella de agua fue abierta, y pronto el milagroso liquido corrió por su garganta, aliviando el sofocante calor que comenzaba a sofocarla.

Walls ||En edición||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora