Capitulo 38.

1.7K 60 3
                                    

(Capítulo largo; por favor voten y comenten en ambas partes ;))

***Cinco días después***

Mis pies bailaban con cada paso en el que mis zapatos impactaban con la dura superficie del asfalto alegremente, al parecer en plena sincronía con mi estado de ánimo ese día.

Esa mañana había llevado mi currículo a la tienda del día anterior, debo admitir que estaba un poco nerviosa al principio, pero en cuanto el dueño me atendió supe que estaría a salvo.

¿Adivinen quien tenía un trabajo nuevo?

Sí, yo.

Trabajaría en una maravillosa tienda de música, unas buenas horas al día que me servirían de entretenimiento y además ganaría dinero en el proceso. Tendría un jefe, que por lo que vi, no sería uno malo, y para finalizar ¡tendría varios compañeros de trabajo!

Por lo que me dijo el señor Payton, el dueño del local, su hijo también trabajaría en ese lugar. Su nombre era Joe, y era muy guapo.

No me malinterpreten, no me gustaba el chico, aunque debo admitir que su cabello negro y liso con ligeras ondas, y esos ojos que tenía le sentaban a la perfección a la intensa presencia que tenía, y que yo misma había comprobado cuando nos presentaron desde el principio, era relajado, y fue amable conmigo el poco tiempo que cruzamos palabras.

Pero, por más lindo que fuera, yo solo lo veía como mi futuro compañero de trabajo, y no como una posible competencia para el guapo rizado que ya tenía.

Se supone que empezaría a trabajar inmediatamente ese día puesto que se necesitaba el personal urgentemente, sin embargo, al ver mi identificación, el señor Payton me dejó ir a casa. Creo que el hecho de que fuera mi cumpleaños tuvo mucho que ver con eso. Así que, por ese momento, solo podía ir a casa con la felicidad circulando por mis venas, teniendo diecinueve años oficialmente.

—Ya eres legal— me recordó victoriosa mi fierecilla interior.

—Lo fuiste desde que tenía dieciocho— le reprochó otra parte muy risueña.

— ¡Pero ahora es mejor!—insistió mi rebelde amiga, que comenzaba a aparecer más seguido.

Sacudí mi cabeza con gracia, se me hacían extrañas estas conversaciones mentales que yo misma tenía, pero no podía ni quería hacer nada por detenerlas, simplemente porque me ayudaban y recordaban cosas importantes, por ejemplo, esta mañana cuando mi reloj biológico indicó un nuevo año de vida.

Se sentía bien; ir caminando por la calle y saber que nadie podía decirte que hacer o como hacerlo. Se sentía bien ser independiente… o bueno, todo lo que yo podía serlo en ese momento.

Y no pude evitar sentir un poco de nostalgia; ya no era tan pequeña y mis años de adolescencia se escapan en mis manos como granos de arroz, escurriendo como agua entre mis dedos... pero valía la pena.

Porque se sentía bien, incluso mejor de lo que esperaba.

De alguna manera, entre suspiros y pensamientos, logré llegar a casa, con una sonrisa impermeable en mi rostro, a pesar del clima lluvioso que había afuera.

La cerradura hizo un sonido  casi imperceptible cuando giré  la llave a un costado, la empujé con mi mano, y pronto me dejó paso libre hacia el pequeño salón, desde la puerta pude ver que los chicos estaban en casa, y por chicos me refiero a Niall y a Cassie, ya que a Harry no lo había visto en todo el día.

Walls ||En edición||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora