Estábamos en casa a punto de salir a la universidad, Harry se posicionaba frente al espejo mientras hacía bailar al piercing que decoraba su inferior.
El día anterior, luego de salir de lo de Liam y Danielle, fuimos donde un amigo de Harry y, a pesar de que eran las nueve de la noche, este no tuvo problema alguno en cumplir con su trabajo, por lo que en ese momento mi chico se paseaba fascinado por la vida, parándose en cada espejo solo para ver girar la pieza de metal en su labio, aunque doliera porque no cicatrizaba aún.
Pero eso no era nuevo para él.
Mientras tanto, yo terminaba de arreglar un poco el apartamento y verificar que todo estuviese en orden antes de irnos; había desayunado, arreglado los muebles, ya tenía mis cosas acomodadas a un lado en el bolso y solo necesitaba hallar la manera de que Harry se quitara del espejo, era hora de intentarlo.
‘’Oye, Harry’’ dije, me acerqué a él hasta que pude enrollar mi brazo justo en su costado, alrededor de su torso enfundado en la suave tela gris ‘’Hora de irnos, bebé’’
Él acomodó su cabello una vez más, se veía lindo y empezaba a molestarme un poco el hecho de que estuviera tan concentrado en si mismo porque eso lo hacía parecer un tipo meramente vanidoso y, aunque él no estaba del todo salvo de eso, yo sabía que él no era así.
‘’Ahora si soy oficialmente sexy’’ canturreó, recién entonces su atención recayó en mi.
‘’Sabes bien que no necesitas ese piercing para ser sexy’’ dije remarcando la última palabra, en realidad, seguía sin entender el empeño de Harry en ser sexy, o sea, él ya lo era y no veía motivos para empeñarse con eso, mientras tanto, volteé sobre mis propios pies buscando el bolso tirado en el sofá.
‘’Lo sé, pero no te molestes’’ musitó.
Si, lo sabía, me dije, una especie de victoriosa fierecilla interior me alababa por haberlo separado del espejo y lograr hacer que saliera de su trance.
‘’No me molesté’’ dije y sonreí un poco, solo para que supiera que no me había enojado, lo conocía solo lo suficiente para saber que eso nos arruinaría el día.
‘’Vale, entonces ven aquí, aún nos quedan quince minutos antes de salir’’ informó, abriendo sus brazos y sonriendo pícaramente, era dolorosamente guapo.
‘’¿Y eso qué?’’ claro, sabía que quería que fuera con él, pero me valía ponérsela difícil de vez en cuando, o bueno, intentarlo.
‘’Quiero besarte’’
‘’Oh, lo siento, Harry, hoy no es tu día de suerte’’ murmuré, colgué el bolso justo a un lado de mi hombro y en dos pasos, quedé justo frente a él.
‘’Dijiste que no estabas molesta…’’ cual niño malcriado, su expresión se transformó y denotaba fastidio pero a la vez arrepentimiento. Pensé que, de tener un hermano, ese sería un caprichoso como Harry.
‘’No estoy molesta, es solo que no quiero lastimarte’’ dije, creía que entendía el hecho de que, aunque apenas lo besara o el a mí, su perforación dolería y no quería que eso pasara.
‘’ ¡Pero si no te he besado desde ayer!’’ chilló, oh si, un berrinche de chico sexy.
‘’Pero ayer temprano no tenías eso y ya para la noche si’’ le recordé.
‘’¿Es que acaso no te gusta que lo haya hecho? Lo sabía; sabía que no te iba a gustar pero ya está, ahora luzco como un tipo medio punk pero sabes bien que no soy así y aunque lo sabes, te asusta, no quiero que te asustes y me dejes…’’ quedé perpleja mientras aquella escena se daba frente a mi; en solo segundos Harry se había alterado y gesticulaba mientras pensaba en voz alta, miraba al techo y luego a mí y definitivamente me sentí culpable aunque eso no estuviera en mis manos.