Aullidos, flama y un corazón.

Capítulo 28: La Fábrica Abandonada. Yuri.

<<Di, amor ―suspiró―. Estamos cada vez más cerca. Licaón nos guiará.>>

Esa noche de la exitosa misión, ni bien llegaron al departamento y mientras se quitaban las ropas manchadas de agua podrida, Yuri les relató emocionado cómo había resuelto la prueba. Feliz, no podía dejar de hablar y hablar.

―Por Licaón. Menos mal que tomé la decisión correcta. Fue una prueba muy difícil ―confesó Yuri aliviado mientras, en bóxer y tras un suspiro, se dejaba caer en una silla.

Esa noche, era el turno de Dimitri de preparar la cena.

―Yo creo que también tuve una prueba ―dijo David, quien le acariciaba el lomo a Sam.

―¿Cómo fue? ―preguntó Gastón.

―Venga, cuéntanos ―agregó Yuri.

―Estaba recorriendo todo el perímetro del cementerio. Tenía todos los sentidos alertas. Y Sam también lo estaba, pero no encontramos señales de los pajarracos. Entonces, llegó el momento, la luz of the moon. Hasta Sam se puso alerta. Me sentía intranquilo y desesperado. Sabía que en ese instante, alguno de ustedes tenía que estar encontrando o no la próxima pista. De pronto, cinco vampiros pasaron volando a mi lado y se dirigieron al cementerio. Eran enemigos que no me los esperaba, pero no iba a dejar que arruinaran la misión. Pero cuando tomé mi celular para avisarles, no tenía señal, estaba dead ―relataba David.

<<También los dientes podridos fueron a probarlo>>, comprendió.

―¿Chequeaste tu celular antes? Pudiste haber arruinado la misión ―lo sermoneó Dimitri.

―No tenía nada de señal ―respondió David.

―Pero a mí también me sucedió. El teléfono estaba muegto ―agregó Gastón.

Mientras abría el horno, Dimitri se quedó pensativo con los fósforos en mano.

―¿Puede ser que sea parrrte de la prueba? ―opinó Yuri.

Dimitri asintió, pero sin mucha convicción, y luego le hizo un gesto a David para que continuara su relato.

―Bueno, así que como no podía hablarles, me dispuse a perseguir a los dientes podridos. Tenía que ayudarlos a ustedes a vencerlos. Pero entonces, aparecieron mis padres and my friends. ¡No estaban muertos! Me pidieron ayuda y me alegré de verlos con vida. Por un instante, en verdad creí que eran ellos. Fui a su encuentro, quería abrazarlos y decirles cuanto me alegraba de verlos otra vez. Pero mientras más me acercaba, más me alejaba del cementerio. Ahí me di cuenta de que si iba con ellos, los abandonaría a ustedes. Así que me resistí. Ellos estaban muertos y esas cosas no eran más que ilusiones, les di la espalda y salí tras los dientes podridos. La que fingía ser mi madre lloraba y me llamaba a gritos, pero logré superarlo. Corrí a toda velocidad. Sam vino tras mío hasta que ya no pudo seguirme. Y entonces fue cuando nos encontramos ―relató David.

<<Pobre David. Entiendo su dolor ―pensó―. Vengaremos a nuestros padres cuando venzamos a los pajarracos.>>

―A mí también me puso a prueba el Guagdián entonces ―agregó Gastón y se cruzó de brazos―. Cuando se hizo medianoche, me di cuenta de que mis cañones no eran. No había rastros de pista alguna. Me sentía muy negvioso. Hasta comencé a preguntagme si había hecho bien en venir a esta misión. Pero no pegdí las esperanzas. Sabía que uno de ustedes aún podría lograglo. Pero de pronto, escuché gruñidos detrás de mí. Me di vuelta y eran cinco dientes podridos furiosos. Me puse en guagdia. Iba a dagles pelea, pero entonces, se fueron todos rápidamente. Gritando que los matarían a todos. Ahí me di cuenta de que ustedes estarían en peligro. Cuando estaba por ir en su ayuda, escuché una voz. Me di vuelta y era Lizzi sentada en un banco de piedra. Me dijo que estaba feliz de habegme encontrado por fin y que me amaba. Sonreí al vegla y me acegqué emocionado a ella. Era tan real. Era ella, no tenía dudas. Pero me dijo que me sentara a su lado y me olvidara de todo. Pero fue entonces cuando comprendí que si lo hacía, estaría abandonando la misión y a mis compañeros. Tenía que ayudaglos con los dientes podridos. Lo comprendí todo: era una prueba. Lizzi no podía estar allí, estaba en Europa. Le dije a la ilusión que se esmerara mejor la próxima, Lizzi era mucho más bella. Y salí corriendo para ayudaglos a pelear contra los dientes podridos.