Capítulo 29: La Fábrica Abandonada. Caro.

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Al fin se encontraría con Yuri y resolverían ese enigma de la biblioteca LE. Se sentía terriblemente entusiasmada y ansiosa, claro que también la atacaban los nervios y miedos. No sabía a lo que se enfrentaría esta vez.

Ya había dejado atrás la estación número 18. Como siempre en las sardineras línea S, viajaba acalorada y apretada. Las ruedas chirriaban sobre los rieles cada vez que el tren frenaba. La joven vio unos niños vendiendo broches. Los miró con pena, si le sobrara el dinero, les compraría algo para ayudarlos. Pero también sabía que pululaban los carteristas expertos, así que aferró más su mochila.

<<Oh, mamá ―suspiró―. Siento que estoy cada vez más cerca.>>

Observó el panel de las estaciones: 19, 20, 21... Abrió apenas su mochila, para chequear dentro un paquete rectangular envuelto en papel madera. Sonrió y volvió a correr el cierre.

<<Espero que...>>, pensó.

Entre toda la gente que, Caro advirtió que un viejo, calvo y de barba canosa, con un brazo sujetando un pasamanos, la miraba con detenimiento y horror en su rostro arrugado. De pronto, al individuo se le iluminaron los ojos como dos potentes linternas. El hombre susurró algo y, luego, huyó a toda prisa empujando a la gente sin importar que lo insultaran. Caro se quedó anonadada, con la boca abierta.

<<Sus ojos... estoy segura...>>, se dijo.

Pero advirtió que nadie parecía haber reparado nada a su alrededor. El corazón le latía con fuerza. Decidió averiguar de qué se trataba ese asunto. Por esto, trató de abrirse paso con "permisos" y fue tras el viejo de los ojos luminosos. Cuando llegó al lugar, ya no encontró rastro alguno de ese misterioso individuo. Exhaló frustrada. Miró hacia todas direcciones y al sentirse observada por los pasajeros, se fue a un costado y simuló ver por la ventanilla.

<<Me siento como Amy Lee en el video de "Going Under">>, pensó.

Tras un sobresalto, cuando oyó una chicharra, comprendió que había llegado a su destino. Solo tuvo un aviso al que acudir: una perfumería llamada "Elixir". Al entrar al local, ya le molestó decir "buenos días" a todos los presentes y que nadie respondiera el saludo. Peor cuando la descartaron solo por la edad que tenía. Con los labios fruncidos, Caro se marchó frustrada y a poco estuvo de dar un portazo furibundo.

<<¿Qué neurona se muere a los veintiuno que no puedo atender una perfumería?>>, pensó.

Lo cierto es que tenía que encontrar trabajo rápido. Si bien trataba de administrar su dinero, pronto se le acabarían sus pequeños ahorros. Además, tenía que recuperar 35.000 leales todavía.

<<¿Dónde estará mi vecino?>>, suspiró distraída.

Al fin, con una sonrisa, fue a encontrarse con Yuri. Ingresó al Fastburguer y con un vaso de café, aguardó a que éste llegara. Tuvo que hacer esfuerzos para no morderse las uñas. Al verlo llegar, lo saludó con un beso en la mejilla y una sonrisa ancha.

<<Ojala le gusté la sorpresa que tengo para él>>, pensó.

―¡Hola, Yuri! Oh, estoy tan emocionada ―comentó Caro mientras tomaba asiento nuevamente.

Yuri se sentó frente a ella y también sonrió. Cuando lo hacía, se le veían los dientes de arriba y las encías rosáceas.

―Mmm, veo que estás muy ansiosa de contarrrme algo.

―¡Sí!

Así que Caro le expuso cuál era su teoría del significado de LE. Además, le contó todo lo que ya había investigado del lugar por internet. Tenía hojas impresas donde se veían fotos de la biblioteca, principalmente de la fachada y de la sala de los libros.

Aullidos, flama y un corazón.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora