El Diario de Emily Darcy

Prólogo

Suspiré, cansada, y tomé el teléfono.-Hola, má.-me lancé en el recién desempacado sofá, con mi teléfono en las manos.

-¡Hola, querida!-suspiré. Dios, que no me hable demasiado tiempo.-¿como está la ciudad?

Contuve la risa y cerré los ojos, respirando profundo.-Bien, mamá, supongo que bien, aunque, considerando que me mudé hace dos días no sé mucho.

-¡Mark, ven a saludar a tu hija!-la oí gritar a mi padre.- está en su estudio, como siempre; ¿te gusta el apartamento que te consiguió?

Contemplé con ensueño mi pequeño y perfecto apartamento.-Me encanta, mamá.

-Me alegro, querida... ¡Mark, te digo que vengas a saludar a Emily!

-¡Deja de gritar, abuela!-escuché a mi sobrino quejarse.-¿quieres que estudie medicina? ¡Dejame estudiar, demonios!

-¡Yo grito cuanto quiero, Mathew!-oí a mi sobrino gruñir. El desastre de mi hogar.

Como lo extrañaba.

-Aquí estoy, aquí estoy.-oí a papá.-hola, Emily.

-Hola, papá.

-¿Te gusta el apartamento?

-¡Ya se lo pregunté, Mark!

-¿Y como iba a saberlo yo?

-¡Si hubieras estado aquí, lo sabrías!-lo oí farfullar y reí. Mis padres.

-Sí, papá, me encantó.

-Excelente, porque es tuyo.-alcé las cejas, casi por reflejo.

-¿Como?

-Creo que todo el mundo necesita una pequeña ayuda en el mundo adulto, ¿no?-abrí los ojos como platos.-espero sepas aprovecharlo, Emilia.

-¿LO COMPRASTE PARA MÍ?-chillé.

-Si, pero, Emilia, por favor-

-¡ESTE HERMOSO DEPARTAMENTO ES MÍO!-chillé, dandole un fuerte manotazo al teléfono, que salió volando y cayó de golpe al suelo, haciendo que la pantalla se quebrara.-Mierda...

-Ay, Bridgett, es tan parecida a ti...- se lamentó papá, antes de despedirse.-Te amo.

Y... mi nuevo iPhone murió.