-Oye, tú...-le di una palmada en la espalda a Mateo.-deberías ir a hablar con ella.
-Nosotros también tenemos que hablar.-miré con aburrimiento la expresión seca de Lucas.
-No tengo nada que hablar contigo.
-Por favor, Darcy...
-No, Lucas. Mateo, ve, prepararé la comida mientras hablan.
-No quiero hablar con-
-Phoebe Emilia.-abrió los ojos como platos.
-¡No me mires así!
-Ve.-ordené.-Te conviene. Nosotros estaremos aquí, hablen cuanto quieran.
Lo primero que hizo Mateo fue caminar rápidamente a Phoebe, envolver sus brazos en su cintura y darle un fuerte abrazo, enterrando la cara en su cuello.
Miré a Lucas, que me miraba con los ojos tan abiertos como supongo los tengo yo.
Oí un suspiro simultaneo de parte de Mateo y Phoebe, que cuando logró reaccionar, levantó los brazos y los puso al rededor de su cuello.
-¿Podemos, por favor, hablar?
Phoebe asintió, aletargada, y entró en su habitación, seguida por Mateo.
-Emily...
-La única razón por la que sigues acá es que no quiero que Mateo tenga que irse a pie a su casa.-bramé.-No quiero hablar contigo.
-Entonces supongo que tampoco quieres mi com-lo miré mal.-no te daré la comida a menos de que accedas a hablar.
-¡Mateo me la dio!
-¡Es mía! Yo la pagué.
-¡El dinero es irrelevante!
-Esto es demasiado infantil, incluso para nosotros.-soltó la bolsa y se sentó, desganado, en la barra de la cocina. Saqué un par de cosas mas de la bolsa y las puse en el microondas. Lo miré y suspiré.
-¿Que?-me miró confundido.-¿que quieres hablar?
-Quiero que te quedes.
-¿Cual es tu maldito afán de que me quede en la empresa?
-¡No lo sé! ¡Solo quiero que te quedes! ¿Bien? ¡Te necesito!
Fruncí el ceño.-¿A que te refieres con que me necesitas?
Se tomó la sien con ambas manos.-Me agradas, ya te lo dije, eres mi amiga.
-Tienes más amigos.
Alzó las cejas con interés.-¿Alguna vez me haz visto con alguno?
-¿Qué?
-Emilia, no tengo más amigos.-fruncí el ceño.-mi familia y tú son lo único que tengo.
-¿Y Phoebe?
-Ya te dije, mi familia.-fruncí el ceño de nuevo.-Por favor, quédate.
-¿El chico robot está rogando?-me miró mal.-¿El jefe de piedra esta sintiendo, acaso?
-No tienes que ser tan idiota al respecto...
-No, yo no me quedo con alguien que deja que lo controlen.-me miró suplicante.-no, cambiaste a tus sobrinos por un poco de sexo, Lucas.
-¿Que pasaría si te digo que me estoy arrepintiendo de la idea de casarme?
-Te diría que no me afecta en absoluto.
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El Diario de Emily Darcy
Literatura FemininaDistante. Calculador. Comprometido. La fruta ABSOLUTAMENTE prohibida, en mil y un sentidos para ella. Torpe. Astuta. Una Darcy. LA Darcy. Cualidades que la hacen absolutamente enloquecedora para él, en mil y un sentidos. Hija de un prestigioso abog...