52. Prima Palmer

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-¿Apescar? ¿Es en serio?-me quejé, mordiendo una manzana, apoyado enla barra de desayuno, mientras veía a mis cuatro hermanos correr portoda la casa cargados de cosas.

-Misprimos están bastante atareados por lo que veo, ¡Si parecen chicasen concurso de belleza!-todos frenaron en seco, de espaldas a lapuerta. Fruncí el ceño, analizando la voz con acento campesino.

-¿Esofue una chica?

-¿Esoera la voz de una chica?

-Ami me sonó como la voz de una chica.

Huboun bufido proveniente desde atrás nuestro.-Si se voltean sabrán,energúmenos.-todos nos giramos de golpe.

-¡Palmer!

-¡Quentin!-mihermano se lanzó a abrazar a mi prima.-¿Los demás no se alegran deverme?

-¡PALMER!-exclamamosal unísono, lanzándonos sobre ella.

-Vaya,mucho amor para Palmer.-jadeó, tratando de abrazarnos atodos.-¡Hola!-saludó cuando finalmente nos quitamos de encima.

-¿Quehaces aquí?-preguntó Liam, retomando las cosas que había dejado enel suelo.

-Bueno,comenzaron mis vacaciones, así que decidí dejar a mamá descansarde mi un tiempo y salí a joder a mis familiares, ¿que les parece?

Asentí.-Suenabien para mí.-mis hermanos asintieron.-¿A quien más haz visitado?

-Ustedesson los primeros, siéntanse privilegiados.-rodé los ojos, viéndola lanzar sus cosas -y su cuerpo- en un sofá.-despuésde aquí planeo irme a dormir a la tumba de Jack un par de días, yasaben.-sonreí de lado y negué con la cabeza.-No, cuando termineaquí-

-¿Termine?¿Estas empezando algo?

-¿Quiéndijo eso?-preguntó, confundida.

Nolanla miró mal.-Yo fui.

-Losiento, el único de ustedes que tiene la voz distinta esLucas.-rodaron los ojos.-No lo sé, tal vez tenga una misión aquí ypor eso el destino me envió.

-¿Eldestino?-Mateo la miró divertido.

-Bueno,no, la verdad lo que me trajo aquí fue la poca cantidad de dineroque tenía para un pasaje.-alcé las cejas y me miró con ternura. Losabía.-¿así que esperaba que mi querido primo mayor me dieraun par de billetes?

Lamiré mal.-¿Tengo cara de cajero automático?-asintió enérgicamentey rodé los ojos.-¿Que te parece si cuando te vayas yo te compro elpasaje?

-Megusta la idea.

-Malditamocosa malcriada.-la abracé por los hombros y la apreté contramí.-Te extrañaba.-Oí su suave risa.

-¿Ya dónde irás después? Hablando en serio, si dices que a la tumbade Jack juro que te golpearé.-amenazó Mateo.

-Losiento, vaya.-alzó las manos en clamo de inocencia.-Bueno,probablemente iré a casa del tío Grant.-alzó los hombros.-y luegode eso tal vez iré a ver a la abuela.

-Esbuen plan.-asentimos en conjunto.

Loschicos volvieron a lo suyo y Palmer se inclinó a su bolso, sacandouna cámara negra polaroid. ¿Esa cosa no era de la tíaAnne?-Esperen un segundo, ¡Sonrían!-pidió, poniendo el visorde la cámara en su ojo y apuntándonos. Los chicos se veían bastantedivertidos, cargados de cosas y sonriendo a un flashcegador, mientras yo mordía mi manzana.-Excelente.-sonrió, sacudiendo la foto cuando estuvolista.-Me fascina.-sonrió, inclinándose de nuevo a su mochila ysacando una caja de metal. La abrió y dentro había un par de cajascon el papel para la cámara.-La primera de muchas.-guardó la foto enla caja y me miró.-Ven acá.

El Diario de Emily DarcyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora