Luego de cenar y de que papá me indicara que el pavo no estaba exactamente como el me enseñó (sí, bueno, se quemó un poco, gran cosa) de la manera en que solo un Darcy puede hacerlo, y de que abriéramos los cientos de regalos que enviaron desde el campo para mi nueva casa, y los regalos de mis padres, nos sentamos en la sala a beber té escuchando el disco navideño de Michael Bublé, -que sinceramente a estas alturas solo tengo ganas de lanzarlo por la ventana- cuando el teléfono de mamá sonó.
Los cuatro la miramos, expectantes, hasta que levantó la vista con pánico.-Es mi madre.-silencio.-Hola, mam-silencio y alzó las cejas.-¿sí? Bueno, pues, que b-sonó el timbre. Papá me miró con expresión de pánico y todos miramos a mamá, que asintió con la cabeza.-Sí, mamá.
Tragué saliva y caminé a la puerta. La abuela Pamela y el abuelo, en la puerta.-¡Emily, querida!¡Pero que delgada estás!-comentó, besando mi mejilla.
-Hola, abuela.-murmuré entre dientes.-¿Que hacen acá?-inquirí divertida, saludando al abuelo con todos los obsequios que traía en las manos.
-Estábamos solos en casa, así que pensamos que lo mejor sería venir a compartir en familia; Mark, encanto.-se acercó a besarlo.-¡Uh, hiciste pavo!
-¿Y todos esos regalos?-preguntó Phoebe, ojeando específicamente en las bolsas de Sephora y Mac.
-¡Pues los compré!-respondió alegre la abuela, sirviéndose pavo en un plato.
-Con mi tarjeta de crédito.-masculló mamá, tomándose la cabeza con ambas manos, mirando la pantalla de su teléfono.
-Bueno, bueno... ¡Que departamentito tan adorable es éste, querida!-suspiré. ¨Departamentito adorable¨ de parte de la abuela, significa ¨vives en una mierda de apartamento, así que aquí viene el sermón del novio¨-¿No crees que estás en edad de casarte, cariño?-Dios.-deberías conseguir un chico que te de la casa que mereces.-rodé los ojos.-claro, claro, todas ruedan los ojos, pero gracias a mí es que estás viva; de no ser por mí, tu madre no estaría casada con este adorable hombre-
-Mamá, tu no tuviste nada que ve-
-Así que cuéntame, ¿tienes novio?
El timbre sonó. Salvada por la campana.-Un momento, abuela.-dejé mi taza de té en la mesa y fui a la puerta.
Maldición.
-L-Lucas, ¿Qué haces aquí?-Mateo estaba parado al lado de mi jefe, que traía una enorme botella de Jack Daniel's en la mano.
-Me pidió que lo trajera.-Mateo sacudió las llaves.
-Soy un ebrio responsable.-balbuceó, apoyándose en el marco de la puerta.
-¿Está ebrio?-murmuré.
-¿Quién es, querida?-llamó la abuela.
-¡Un segundo, abuela!-respondí, empujando a Lucas para que no se fuera a ver.-¿Que hacen aquí?
-Hoy se cumplen cuatro años desde que murió Jack.-abrí los ojos como platos, ¿Que tu hermano muera en navidad? ¿Es en serio?-No es una fecha precisamente buena para nuestra familia.-se rascó la nuca.
-Creí que estarían solas.-volvió a balbucear Lucas, sacudiendo la botella.-así que decidí pasar a hacer compañía.-sonrió, una sonrisa de ebrio.-¿podemos pasar?
-Escúchame, Lucas.-lo tomé del cuello de la camisa.-ahí dentro está mi padre, si quieres pasar tienes que comportarte.
-Seré un perfecto caballero.-respondió riendo, arrastrando la ¨S¨.
-Lucas, Mark Darcy está allá dentro junto con su esposa.-sacudió la cabeza y volvió su mirada normal, y, aunque se notaba que estaba ebrio, por lo menos parecía un hombre serio. Asintió.-Vengan, pasen.-suspiró y entró. Vio el pavo y se tapó la boca, reteniendo una arcada.-¿Qué, no te gusta el pavo?
Mateo le dio un par de palmadas en la espalda.-Te aseguro que no es por el pavo.-habló, quitándole la botella de Jack Daniel's y escondiéndola con rapidez atrás del pequeño muro de la barra de la cocina.
-¡Pero que chico más apuesto!-era de esperarse que ese fuera el comentario de la abuela.-¿Es el tu novio?
Abrí los ojos como platos y me giré hacia Lucas, mirándolo suplicante. En un movimiento rápido me tomó de la cintura y me apegó a su costado, abrazándome.-Lo soy.-asintió. Sonreí. Me acaba de salvar de una hora de consejos para conquistarlo.-Lucas Pres-negué con la cabeza. Papá conoce su nombre, si se da cuenta de que es mi jefe se muere.-Presley.-finalizó, estrechando la mano de mi abuela y regalándole la sonrisa que hace que todas las chicas de un bar se le acerquen como moscas a la miel.-Es un placer.
-¡Oh, pero que encanto de chico!-la abuela sonreía a más no poder. ¿Debería sentirme mal por estar dándole falsas ilusiones a una anciana?-¡Te lo tenías guardado, Emily!-papá y mamá me miraban con las cejas alzadas, sonriendo de lado. Estos no me creen ni mierda.-¿Dónde lo conociste?
-Sí, ¿Dónde lo conociste, querida?-inquirió mamá, divertida.
-Uh...
-Nos conocimos en una fiesta.-alcé las cejas ante la rápida y relajada respuesta de Lucas.-no una fiesta nuestra, por supuesto. Emily había ido a recoger a Phoebe a una fiesta de mi hermano, y yo estaba ahí. Entonces la conocí y no le he quitado los ojos de encima.-alcé las cejas. Aparentemente con eso convenció a mamá.
-¿Y usted, jovencito?-Mateo tragó saliva.
-S-soy Mat-Mateo Pres...-lo miré con los ojos como platos.-Presley.
-Es un placer, jovencito.-papá le sonrió.-Mark Darcy.-se presentó papá, ofreciéndole su mano. Ambos hermanos Preston, como movidos por un control remoto, agacharon la cabeza.
-Señor.-saludaron ambos, con la cabeza gacha. Papá frunció el ceño, sonriente, y mantuvo la mano estirada en dirección a Mateo. Phoebe le empujó el hombro y el nervioso chico levantó la vista, tomando la mano de mi padre. Acto seguido, papá se separó de Mateo y le ofreció su mano a Lucas, quien, retomando su sonrisa confiada tomó la mano de mi padre, que envolvió la mano de Lucas con ambas suyas, dando palmadas.
-Así que tu eres el novio de mi hija...-comenzó. El abuelo contemplaba la escena de lo más divertido, llevándose una cucharada tras otra de comida a la boca y bebiendo vino.
-Pruébalo.-ordenó mamá, notablemente divertida.
-No creo que sea neces-
-Sí, pruébalo.-hablaron Mateo y Phoebe simultáneamente, y la abuela me miraba ilusionada.
-De verdad, no creo que sea nec-sentí un fuerte jalón en mi cintura y mi nariz estaba a centímetros de la de Lucas, que me miraba sonriente. Olía a perfume y alcohol. Ugh, este chico necesita una ducha, está fermentando.
-Por supuesto que podemos demostrárselos, ¿cierto, cielo?-habló, mirándome fijamente, hipnotizándome como la serpiente a Mowli en¨El Libro de la Selva¨.
-No es necesario, cariño.-bramé, empujándolo por el abdomen, sin lograr moverlo siquiera un centímetro. Maldición, este tipo tiene fuerza.
-Pero, para que se queden tranquilos, ¿no? No hay problema en demostrárselos, ¿verdad, bebé?-arqueé una ceja. ¿Y a éste que le pasa?
-Luc-y me besó.
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El Diario de Emily Darcy
ChickLitDistante. Calculador. Comprometido. La fruta ABSOLUTAMENTE prohibida, en mil y un sentidos para ella. Torpe. Astuta. Una Darcy. LA Darcy. Cualidades que la hacen absolutamente enloquecedora para él, en mil y un sentidos. Hija de un prestigioso abog...