53. La pesca Preston

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-Esto merece una foto.-murmuró Palmer, poniendose de pie, corriendo hacia atrás y apuntando la cámara a nosotros, que estábamos sentados uno junto a otro, ocupando toda la orilla del muelle, con los pies colgando, sosteniendo cada uno una caña de pescar, en la misma posición que teníamos hace una hora.

Los Preston no nos caracterizamos por ser buenos pescadores.

-¡Perfecta!-sonrió, sacudiendo la foto, viéndola y guardándola en un bolsillo de su chaqueta.-Agh, esto es deprimente, ¡Arriba! ¡Arriba!-ordenó, golpeando la espalda de cada uno.-Arriba o los empujo al agua.

-¿Para que quieres que nos paremos?-se quejó Nolan, sin inmutarse por la orden de la prima Palmer.

-Para que yo no tenga que hace esto.-murmuró, antes de tomar ágilmente su teléfono del bolsillo trasero de su pantalón y empujarlo al agua.

Los cinco estallamos en una carcajada, mientras veíamos burbujas salir del agua y las piernas de Nolan pataleando escandalosamente.

-¡MALDITA SEA!-bramó cuando logró sacar la cabeza del agua.-¡MIERDA, PALMER!

-Yo te lo advertí...-murmuró, divertida.-¡Sonríe!-pidió, sacando sucámara y tomando una foto en el momento que mi hermano le sacaba el dedo de en medio.

-Vamos, ayudémoslo a salir.-sugerí, acercándome al muelle e inclinándome para ayudarlo a subir.

-Primo, primo, primo, eres un amateur.-murmuró Palmer, tomándome por el hombro y empujándome hacia atrás.-Te arrastrará consigo al agua o bien nosotros te empujaremos.-la miré mal.-hay que pensar en comosacarlo.

-¡NO SOY UN JODIDO PEZ!

-¡O te callas o te dejamos en el agua para siempre!-bramó Palmer.

-¿Creen que esta caña de pescar resista el peso?-preguntó Quentin, la vozde la razón.

-Más vale que sí, porque es la última que nos queda.-bufó Liam, entregándole la caña a Palmer, mientras Nolan estaba en medio de un berrinche en el lago.

-¡LE DIRÉ A LA TÍA ANNE QUE ME TIRASTE AL AGUA!

-¡Deja de ser un marica o te dejo en el agua!

Nolan bufó y continuó moviendo las manos como perro para no hundirse. Se veía realmente cómico.

-Me he reído tanto que creo que ya marque mis abdominales.-me quejé, quitando una lágrima del ojo.

-Nah, probablemente estaban ahí desde antes.-acotó Palmer. Rodé los ojosy recibí la caña de pescar, ya que por ser el mayor me corresponde soportar los ochenta kilos de Nolan.-¡A mi cuenta!-asentí.-¡UNO!¡DOS! ¡TRES!

***

-Phoebe...

-Emily, te digo que no es normal que no conteste su teléfono.-lloriqueó, mientras yo levantaba el freno de mano.

Suspiré.-Como sea, de todos modos ya estamos aquí, y la que va a hacer el ridículo eres tú, no yo.

Mi sobrina dió un par de golpes en la puerta y luego tocó el timbre.-¿Por qué Louis no nos avisó que había una visita?-escuché a la señora Preston quejarse desdeadentro.-¿Quién es?

-Emily y Phoebe.-hablé.

-¡Oh!-sentí un par de ruidos en la puerta y luego se abrió, dejando ver a Luce en pijama, cruzando una bata verde menta sobre supecho.-¡Lindas!-saludó, eufórica, abriendo sus brazos y atrapándonos a ambas en ellos.-¡Pasen, pasen!-pidió, haciéndose aun lado. Sonreí y asentí, entrando tras Phoebe.-¿Quieren algo?¿Cenaron? Puedo pedirle a Nina que cocine algo si quieren, es más, ¡Nin-

El Diario de Emily DarcyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora