5. La porrista de la nariz roja (Parte 1/2)

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-Buen día, Emily.

-Hola, Bethany.-saludé, quitandome los lentes de sol.

-El jefe te espera en su oficina.

¡Maldición!

-Darcy.-fue mi recibimiento en su oficina. Se encontraba de espaldas a la puerta, mirando por el ventanal tras su escritorio. Esta oficina es idéntica a la del jodido Christian Grey.-Mi secretaria renunció.

-Oh...-¿y eso qué?

-Así que haz sido promovida a secretaria de presidencia/ editora en jefe.

Abrí los ojos como platos, incrédula.-¿Es una broma?-se giró hacia mí y enarcó una ceja.-¡Eso no entra en mis labores! ¿Por qué habría de hacerlo?

-Porque pagaré la educación de Phoebe.

Uh, interesante.

¿Cómo lo habrá sabido?

-¿Por qué accedería yo a eso?-bramé.

-Es una escuela costosa, Darcy.-alzó las cejas. Sabe que dio en el blanco.-y la chica entra a la universidad en tres años. Te ofrezco pagar su universidad también si accedes a esto.

-¿QUÉ? ¿Solo por ser tu secretaria?

-Mensualmente, una matricula en una buena universidad cuesta más o menos lo mismo que el sueldo de una secretaria.-alcé las cejas.-bueno, tal vez un poco más.-se apoyó en su escritorio.-en cualquier caso, el único que sale perdiendo acá soy yo.

-¿Por qué renunció tu secretaria?

Su cuerpo entero se tensó, como si le hubiera preguntado por dinero sospechoso.-Mi... prometida la despidió, de hecho.

-¿Tu pro-su teléfono sonó. Vaya, aunque siempre lo veo usándolo, jamás había escuchado sonar esa cosa.

-Un segundo.-levantó el índice en mi dirección en ademán de que guardara silencio.-¿Hola? ¿Que hizo qué?-silencio.-¿Dónde está la chica?-silencio.-Maldición... digan a sus padres que me envíen la cuenta del hospital... Y la tintorería.-rodó los ojos.-¿No podemos dejarlo así? ¡Pagaré!-silencio.- Bien, bien, entiendo.-se acarició la sien.-voy para allá. Adiós.-me miró, tomó su chaqueta y caminó hacia afuera de la oficina, tomando mi brazo.

-¿Pero qu-

-Desde ahora eres mi secretaria. No es una opción.-espetó.

-¿De que hablas?-pregunté, mientras me arrastraba hasta el ascensor.

-Hablo de que tu sobrina acaba de enviar a una porrista al hospital.

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-Alumnos.-todo el salón alzó la vista en mi dirección. Niños pijos rubios de ojos celestes y verdes por todo el salón. Soy como un jodido pez fuera del agua.-Ésta es Phoebe Darcy, su nueva compañera de clase. Phoebe, ¿hay algo que quieras compartir a la clase?

-Mmm... nop.-risitas pijas con aire de superioridad.

-En ese caso, señorita...-la maestra me miró mal.-siéntese...

-¡Acá, maestra!-alcé la vista en dirección a la voz.

Madre de Dios, Mateo Preston.

-Haga el favor, señorita Darcy...

-Seguro, seguro...-exhalé fuertemente y caminé, aferrándome a las correas de mi mochila, bajo la mirada escudriñarte de todo el salón.

Debo admitir, no reconocí a Mateo sin ese formal traje del otro día.

El Diario de Emily DarcyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora