32. Propósitos de año nuevo (Parte 1)

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-What do you mean? Oh, when you nod your head yes, but you wanna say no.-canturreaba por el apartamento, preparando lo que necesitaba para cocinar la cena. Nos habían dado el día libre luego de que Lucas dijera que tenía cosas que hacer.

Tengo la suerte de haber sacado los talentos culinarios Darcy.-Ponemos el salmón en el ajo.-hablé, siguiendo el ritmo de la música, que se reproducía al máximo.-prendemos el fuego...

-¡Buenas tardes!-saludó Phoebe sonriente, lanzando las llaves en la mesa y dejando su mochila en el sillón, subiendo las mangas de su camisa.-¿que estamos cocinando?

-La entrada, salmón al ajo.-alzó las cejas.-te encantará, papá me enseñó a hacerlo. Ten.-le tendí una bandeja con champiñones.-pica esto para los cannelloni.-asintió.

-¿Por qué no fuiste a trabajar?-inquirió mientras cortaba los champiñones con la agilidad que nos fue enseñada desde pequeñas por Malcolm Darcy.

-Lucas dijo que tenía cosas que hacer y nos dieron el día libre.-alcé los hombros.

-¿No estará descompuesto por lo de ayer?

Alcé las cejas.-No se me había ocurrido, la verdad.-admití.-Un poco de vino blanco...-lancé vino en la sartén donde se cocinaban los filetes de salmón. Miré la hora.-¡Diablos, ocho cincuenta!-tocaron el timbre.-Justo a tiempo, Phoebe, ¿abres la puerta?-asintió, dejando de lado los champiñones ya cortados.

Steve, con su cabello perfectamente peinado y con su chaleco, prolijo, estaba de pie en la puerta con lo que le había pedido.

-Ho-hola.-tartamudeó al ver a Phoebe.

-¡Uh, Steve!-arrastré los pies hacia él. Alzó las cejas sorprendido al verme en ese atuendo, sudadera de la Pantera Rosa, pantalones de correr grises, el cabello en un pesimamente hecho rodete y mis pantuflas de Homero Simpson.-Prueba esto.-exigí, metiendo de un golpe la cuchara con sopa en su boca.

Los ojos de Steve lagrimearon.-Me quemé...-se quejó.-Deliciosa.-murmuró, alzando el pulgar.- Un poco más de sal y de jugo de carne y quedará perfecto.

-¡Gracias!-respondí de vuelta, volviendo a la cocina, probando con otra cuchara y confirmando que estaba en lo correcto.

-Ah, uhm, aquí está lo que me pidió.-habló. Incliné la cabeza para ver como le entregaba la bolsa Calvin Klein a Phoebe.-Y, ¿como estás?

-Adios, Steve.-respondió desganada, cerrándole la puerta en la cara.

-¡Felices fiestas, Steve!-grité antes de oír el portazo.

-¡Felices fiestas, señorita Darcy!-gritó al otro lado de la puerta.

-Eso fue descortés.-regañé. Alzó los hombros y se fue a su habitación.

-You better stop the thing you do, I tell you, I ain't lyin'.-cantaba, maquillándome en el tocador de mi habitación luego de haberme bañado, con el cabello ya seco, envuelta en una toalla. Terminé con la máscara de pestañas y me dirigí a la bolsa que trajo Steve.

Llegó el momento de saber si fue un error confiar en el gusto de un hombre.

Abrí la gran bolsa y metí las manos con los ojos cerrados, dando con algo suave. Lo extendí y abrí los ojos. Un vestido negro.

Por ahora va bien.

Me lo puse y fui al espejo de cuerpo completo del baño. El vestido tenía un pronunciado pero de tamaño justo escote en v, ceñido a la cintura, y la falda caía desde ahí, llegando cinco dedos sobre mi rodilla.

El Diario de Emily DarcyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora