Desperté con el sol en mis ojos. Me duele el brazo.
Bah, como no me va a doler, si dormí con el brazo doblado.
Intenté estirarme y rodé abajo del sofá.
Maldición...
Tanteé en la mesa de centro en busca de mi teléfono.
Claro, mi iPhone murió hace dos días.
Trepé como pude de vuelta al sofá y me tapé hasta la cabeza con las mantas. El jodido sol...
-Phoebe... ¡Phoebe!-llamé a mi sobrina.
-¿Qué?-gritó, somnolienta.
-¿Que hora es, mocosa?
Silencio.
-Nueve treinta.-murmuró.
-Nueve treinta.-reiteré.-nueve treinta...-murmuré, entre un bostezo.-¡La entrevista en la editorial!-chillé, cayéndome de nuevo del sofá.-¡Maldita sea, voy tarde!-volví a gritar, entrando de golpe a mi habitación, azotando la puerta del armario, haciendo que Phoebe rodara junto con Willbur abajo de la cama del susto (es de familia).
-¿¡Qué, qué pasa!?-gritó, poniéndose de pie
-¡Voy tarde a una entrevista de trabajo!-chillé, poniéndome a la fuerza un blazer naranja con una mano mientras con la otra me tomaba el cabello.
Phoebe me dio un palmetazo en la mano y comenzó a peinarme mientras yo me vestía.
-¿Tu no deberías estar en la escuela?-farfullé con el cepillo de dientes en la boca, poniéndome como podía un tacón.
-El abuelo dijo que tu me inscribirías.-alzó las palmas en señal de inocencia.
Maldije entre dientes. El abuelo dice muchas cosas.
-Y, uhm, ¿no puedes ir a inscribirte?-solté cuando terminé de forcejear con el tacón.
-Un tutor tiene que ir.-alzó los hombros y tomó en brazos a Willbur.
-Maldición... bien, vamos, vamos, apúrate.-la empujé por los hombros hacia la puerta.
-¿Qué? ¿A donde?-preguntó, alterada.
-Irás conmigo a la entrevista de trabajo y luego iremos a inscribirte a la escuela.-respondí, empujándola por los hombros hacia la puerta y tomando las llaves de mi auto.
-¡Estoy en pijama!
-¡Maldición!-miré el reloj en la pared de la cocina. Nueve treinta y ocho.-¿puedes estar lista en siete minutos?
-Lo intentaré.
-¡Corre!-me pasó a Willbur y corrió a su maleta.-De prisa, de prisa... Uh, eso es lindo.-indiqué cuando sacó una polera de hilo rosa.-con, ¡con esa!-indiqué la chaqueta militar que acababa de sacar de la maleta.-bien abrigada, no quiero que te resfríes.-siguió rebuscando en la maleta hasta que sacó unos pantalones ajustados oscuros y comenzó a vestirse.
-¡Vamos, Emily, busca unos zapatos!
-¡Pero si tengo zapatos puestos!
-¡Para mí, Emilia, para mí!
-¡Oh, claro!-sacudí la cabeza, solté a Willbur y comencé a hurguetear en la maleta mientras Phoebe se enfundaba los pantalones.-¡ten!-Exclamé victoriosa cuando di con unas Vans blancas.
Me miró con las cejas alzadas.-¿Esas?
-¡Phoebe!-gruñí.
-¡Claro, lo siento, lo siento!-respondió, tomando las zapatillas de mi mano y saliendo cojeando descalza del apartamento mientras se colocaba los calcetines. Tomé las llaves de mi auto de la mesa junto a la puerta y di un portazo para correr al elevador, donde Phoebe ya me esperaba.
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El Diario de Emily Darcy
ChickLitDistante. Calculador. Comprometido. La fruta ABSOLUTAMENTE prohibida, en mil y un sentidos para ella. Torpe. Astuta. Una Darcy. LA Darcy. Cualidades que la hacen absolutamente enloquecedora para él, en mil y un sentidos. Hija de un prestigioso abog...