21. El Diario de Bridget Jones

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Maldita sea.

Mi cabeza duele como si me hubiera tomado siete botellas de Jack Daniel's.

¡Y no he bebido ni una miserable gota de alcohol!

Cuando Lucas finalmente se fue, asegurándose de haber llevado consigo cada gota de alcohol de mi apartamento, fui a mi habitación y comencé a rebuscar en la caja de cosas que no había desempacado, hasta que di con mi objetivo.

Cuando tenía ocho años, hurgando entre las cosas de mi madre, dí con un diario de vida, del año en que mamá conoció a papá... algo así, y lo robé para aprender a decir groserías.

Jamás pensé que me podría servir como una guía de supervivencia.

Caminé al refrigerador con mi libreta de estudiante de Princeton, saqué un vaso y un emocionante jugo de naranja y comencé a escribir.

Lunes, 15 de Diciembre.

Estado físico actual: 65 kilogramos

Alcohol en la sangre: probablemente nada.

Unidades fumadas: Dios, no puedo creer que mamá fumase.

Situación actual: sola como Wall-E, cuidando a Phoebe, adolescente que actualmente es tan bella como Afrodita (recordatorio de su belleza en caso de que en treinta años se haya convertido en una bolsa de arrugas con estreñimiento), hay un perro comiéndose los dulces que sobraron del día de brujas, mi empleo es maravilloso, probablemente lo único bueno en mi vida, la abuela me envía fotos de los nietos de sus amigas cada vez que puede, y mi jefe quiere que lo ayude con su boda con su desagradable prometida.

Dejé con un golpe seco el vaso de jugo de naranja vacío en la encimera y dejé caer mi cabeza en ella.

-¡MIERDA!

-¿Qué, qué tienes?-inquirió Phoebe preocupada, entrando en el apartamento y lanzando las llaves a la mesa junto a la puerta.

-Hola, Emil- woah, ¿que te pasó?

-Oh, genial, otro Preston.-se miraron confundidos.-tu hermano quiere que le ayude a hacer la lista de invitados a la jodida boda.-me puse de pie y cojeé hasta el refrigerador. Me arden los raspones de las piernas.-ah, y tuve un accidente en moto.

-¿Osea que Lucas de verdad te regaló su moto?

-¡Yo no sabía que era su moto!-me dio una punzada cuando grité.- ¡Maldición!-me tomé la cabeza con ambas manos.-tengo una contusión leve en el cráneo, y me duele como si a cada segundo alguien reventara una taza en mi cabeza.

-Ven Mateo, déjame romperte una taza en la cabeza para saber que siente Emily.

-Que graciosa.-bramó.

-¿Mateo? ¿Por qué no le dices amor-saqué de nuevo la botella de jugo de naranja y cerré el refrigerador.- o algo así?

-¿Por qué habría de hacerlo?

-Son novios, ¿no?

Se miraron y luego me miraron a mi, negando con la cabeza.

Oh, tiempos en que yo también podía sacudir la cabeza, lo recuerdo como si fuera ayer.

No, no es cierto, después de la contusión no recuerdo ni cual es mi apellido.

-Así que no son novios.

Me incliné hacia la barra y tomé de nuevo el lápiz.

Uh, ¿Cómo era que se escribe?

Nota: Phoebe es una idiota. El chico esta baboso por ella. Si yo fuera ella, encuentro alguna manera de violarlo, tener un hijo suyo y que así se case conmigo, hombres así son escasos.

El Diario de Emily DarcyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora