Salimos y ese par estaba sentado en la barra de la cocina, uno frente a otro, tomando té rojo en tazas transparentes tan ceremoniosamente como estoy seguro que lo hacían los japoneses.
Me aclaré la garganta y Lucas se giró perezosamente en mi dirección.-Hola.
-Buenas.-me saludó de vuelta.-¿todo bien en la tierra de nadie?-asentí.-bien. Phoebe.-alzó la vista hacia él.-Emily tiene algo que decirte.
Emily maldijo entre dientes mientras bajaba la taza.-Phoebs.-la miró.-¿quieres quedarte en la esc-
-¡Sí, sí quiero!
Suspiró pesadamente.-En ese caso-dió otro sorbo a su té.-cuando lleguemos mañana a la oficina, quemaré esa carta, me devolverás mi iPhone y haremos como que nada de esto pasó.-murmuró, rellenando su taza.
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-Buen día, Bethany.
-¡Emily, volviste!-salió del escritorio y se lanzó sobre mí.
-Pues sí. Digamos que el jefe me lavó el cerebro.
-Yo no lavo cerebros, Darcy.-Bethany tragó saliva y yo rodé los ojos.-¿Vienes conmigo abajo un segundo? Hay algo que quiero mostrarte.
-Claro, solo voy a dejar mi bolso y-
-¡Ahora!-chilló como niño pequeño. Bethany abrió los ojos como platos y Lucas se aclaró la garganta.-Quiero decir, sí, ve.-Rodé los ojos y fui a mi oficina.-estoy ansioso, es todo.-lo oí decirle a Bethany.
-Quien lo viera diría que está a punto de proponer matrimonio, jefe.
-Vamos.-salí de la oficina y caminé al elevador.
-Esa falda te queda bien, Darcy.-abrí los ojos como platos.-Hay algo que tengo que confesarte.
-¿Que cosa?-inquirí con los ojos como platos.
-Desde el día en que te conocí, no he podido dejar de mirarte el trasero.-abrí los ojos como platos.-¡Lo siento, pero la imagen de Bob Esponja maximizada por tus... tus...
-Suficiente, entendí el punto.-murmuré, tapándome la cara con ambas manos, entrando al elevador. Sentí su ronca carcajada resonar y las puertas cerrarse.
Ay, maldición, cincuenta y seis pisos es demasiado.
-¿Dejarás de taparte la cara, Darcy?
-Estoy absolutamente perturbada por tu confesión, Lucas.
-Tómalo como un halago. Tienes bonito trasero. Bonitas piernas también...
-¿Estuviste bebiendo, Lucas?
-¿Como lo supiste?
-Jamás dirías tal sarta de idioteces estando sobrio.-me quité las manos de la cara y lo miré.-¿ebrio al trabajo? ¿En serio? ¡Eres el jefe!
Alzó los hombros.-Ayer fue un día pesado. ¡Oh! Lo que me recuerda.-llevó la mano al bolsillo trasero de su pantalón.-tu iPhone.
-¡Bien!-festejé, haciendo que el elevador temblara. Genial, hasta el elevador me dice que estoy gorda.-juro que ésta es la única razón por la que conservé el empleo.-me miró dolido por un segundo casi imperceptible y después volvió a su habitual mirada dura.-¿Qué?
-Nada, Emilia, nada.-sacó su teléfono y comenzó a teclear.
-Te molestó algo que dije.
-No, no es así.
-Sí, sí es así, vamos, dime que pasó.-siguió tecleando un rato.-Lucas, responde.
-¿Somos amigos, Emilia?
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El Diario de Emily Darcy
Chick-LitDistante. Calculador. Comprometido. La fruta ABSOLUTAMENTE prohibida, en mil y un sentidos para ella. Torpe. Astuta. Una Darcy. LA Darcy. Cualidades que la hacen absolutamente enloquecedora para él, en mil y un sentidos. Hija de un prestigioso abog...