Capítulo 2

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“Harry Styles. El cabecilla del mayor grupo de los de aquí. Con ese chico es mejor llevarte bien si no quieres que el final de tus días llegue antes de lo previsto…”

Mi cabeza aturdida solo escuchaba eso. Esa frase era la única información que tenía de ese chico, ese tal Harry Styles, el de El Foco.

Adam lo describía con total frialdad y respeto. Ese chico parecía imponer a toda esa gente de aquel barrio.

Mis ojos cansados mirando por la ventana, observando cómo la gente abandonaba sus aulas de segundo de bachiller para emprender camino a sus casas.

Sin embargo, a fuera del instituto había revuelo. Más gente que de costumbre. El rugido de unas motos hizo que mi sangre se congelase. Que no circulase más.

Ese sonido del corazón de las motos me recordaron a él, a ese chico tan curioso que me salvó de un baboso.

-Y con esto acabamos el temario de hoy. Pueden retirarse.

El profesor de latín daba permiso para recoger todo. Mi suave y largo pelo impedía ver con exactitud donde encajar los libros en mi mochila. Estaba confusa. Esas motos me habían confundido.

Algo me hacía estar nerviosa, alguna razón que desconocía.

Insistía en meter los libros en esa mochila negra la cual minutos después apoyaría en mis hombros, pero eran intentos fallidos. Parecía como si mis ojos estuviesen nublados, como si mi vista estuviese aturdida.

-¿Estás bien? – Preguntó Grace apoyando su mano en mi espalda.

Voté sobresaltada sobre mi sitio y giré la cabeza dejado deslizar mi cabello detrás de ella. Mi respiración alborotada y mi pecho bajando y subiendo a toda velocidad mientras encontré los ojos de Grace.

-Sí, estoy bien. – Contesté, sin mucho autocontrol.

-Llevas toda la mañana ausente.

-Tranquila, Grace. Estoy bien.

Mi amiga encogió sus hombros y comenzó a dar pasos hacia la puerta. Al fin mis manos temblorosas cedieron y dejaron introducir mis libros en esa mochila. La coloqué sobre mis hombros y me situé al lado de mi amiga.

-¿Qué tal el fin de semana? – Preguntó.

-Bien.

-¿Sólo bien?

-Sí. Estuve estudiando historia.

-Ya, ni siquiera me llamaste para salir a tomar algo.

-No me apetecía.

-Pero, ¿Te pasa algo? Estás rara. Muy rara.

-Que no me pasa nada, Grace. Estamos en época de exámenes, estoy totalmente centrada en eso.

-Parece que el que vinieses conmigo allí te cambió, Selena.

Mi respiración se detuvo por un segundo cuando escuchó a mi amiga confesar eso que, en cierto modo, estaba repleto de razón.

Esa visita a ese lugar, ese chico… Sólo tenía eso en mi cabeza. Sólo habitaba el momento en el que el chico agitaba sus rizos mientras daba largas caladas a su cigarro.

-Estás equivocada, Grace.

La chica me miró desafiante esperando a una respuesta más convincente. Pero retiré el cabello que se interponía de nuevo en mi rostro metiéndolo detrás de las orejas, y continué mi camino por el pasillo agarrando las asas de mi mochila con ambas manos.

“Corre, corre” Exclamaron un grupo de chicos al final del pasillo. Todos pasaron corriendo a nuestro lado desplazándonos hacia atrás y casi haciendo que nos chocásemos con las paredes.

El pasado nunca se rinde.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora