Mi mirada seguía fijada en el punto exacto donde el chico aparcó su moto. Mis piernas empezaron a andar inconscientemente.
Mis manos temblaban y mi estómago parecía dar pequeñas patadas al acercarme cada centímetro. El chico continuaba dado la vuelta, enredando con algo de su moto.
Mis ojos como hipnotizados mirándole. No quería ir, sin embargo, estaba yendo.
“Para” Me ordenaba, pero me hacía caso omiso.
Apenas me separaban dos pasos de su espalda. ¿Sería Harry?
Mi corazón apresurado y mi mano lentamente alzándose a tocar su hombro. Faltaban unos centímetros, solo unos centímetros.
-¡Selena! – Exclamó alguien detrás de mí.
Mi cuerpo saltó sobre sí y miró hacia atrás. Era Josh, venía hacia aquí.
Mi mirada de nuevo se giró a mirar a la silueta masculina que se había parado.
-¿Harry? – Repliqué.
El chico me miró, poniendo cara de asustado cuando me vio tan cerca de él.
-¿Quién eres? – Preguntó sofocado.
-Oh, Dios, discúlpame… Yo… pensé…
El chico arqueó las cejas y resopló, devolviendo sus manos a la moto. Parecía que algo de ella se había descuadrado.
Una parte de mí se calmó porque no era él y mi promesa continuaba firme, pero otra parte de mí, y la más fuerte, se sintió decepcionada e insatisfecha cuando vio que ese chico no era Harry. Incluso no tenía comparación. Harry era más… diferente.
-¿Qué coño haces? – Preguntó Josh cuando llegó hasta mí.
Su mano cogió mi brazo cerca de la mano y tiró de mí hacia él, comenzando a andar arrastrando mis pasos.
-Josh, suéltame. – Exigía.
-No pienso soltarte. ¿Estás loca? ¿Cómo coño has dejado así a tu madre?
-Te dije que no quería verla. – Grité en la cara del chico, soltando bruscamente mi brazo de su mano. – Tú insististe, no me culpes.
-¡Me pedí que no me defraudaras y lo has hecho! – Exclamó.
-Ah, ¿Sí? ¿Te he decepcionado? Pues tranquilo, no te pienso decepcionar más.
Mi pelo siguió a mi cabeza cuando esta siguió hacia una dirección inconcreta. Sin rumbo a ningún sitio. Simplemente quería dejar a ese imbécil en medio de la carretera. ¿Qué coño querría ese chico de mí? Solamente quería mi bien y lo único que hacía era joderme.
Era obvio que el único que me entendería en esta situación sería Harry, pero Harry…
-Espera, espera. – Dijo Josh situándose delante de mí.
Su voz sofocada mientras se agachaba, apoyándose en sus rodillas recobrando aire. Su frente se arrugó cuando desplazó su mirada hacia arriba para dar con la mía, que por alguna razón, me paré.
-Qué. – Respondí seca.
-Está bien, está bien. No te voy a forzar. Tómate tu tiempo. – Contestó.
-Quizás te decepcione porque necesite más que el debido. Quizás toda la vida, por ejemplo. – Dije.
-No. De verdad. Lo siento, quizás no debí forzarte tanto.
El chico volvió a su postura habitual mientras me decía eso y dejaba escapar unos últimos sofocos durante esa frase.
-Déjame ayudarte, Selena. Sé que puedo, solo si tú me dejas.