Capítulo 31

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Gracias por venir. – Dijo Ben.

-Gracias por invitarnos. – Contestó Josh.

Ambos se sonrieron mientras yo miraba a Dina. Su mirada iba hacia Ben. Esa chica parecía estar realmente enamorada de él.

Sin embargo, algo detrás de Dina se movió e hizo que mi mirada se desplazase hacia ella.

Entre la oscuridad del pasillo, de nuevo el único reflejo que vi fue el de sus ojos azules.

Tanto tiempo sin verles y ahora, de nuevo, estaban en frente de mí.

El chico me miraba y arrugaba su frente. Medio rostro estaba completamente atenuado, mientras que el otro podía distinguirse.

-Venid cuando queráis. – Dijo de nuevo Ben.

-Estupendo. – Añadió Josh.

Ambos se sonrieron de nuevo mientras se estrechaban la mano. Después, Josh acudió a Dina y le ofreció dos besos.

Mi mirada iba de nuevo a la de Harry.¿Por qué no se acercaba a despedirse? ¿Por qué se quedaba escondido?

-Encantado. – Musitó Ben apoyándose en mis hombros.

Subí la mirada y abandoné un segundo el mundo en el que me encontraba con Harry. Encajé los ojos de Ben con los míos y un frío invadió mi cuerpo.

Eso me enseñó algo: No podía comparar los ojos de Harry con los de nadie, ni siquiera con los de Josh.

-Igualmente. – Musité aturdida.

El chico se retiró y dejó paso a la despedida de su novia. La chica me ofreció dos besos.

-Aquí tienes. – Dijo Dina. – Este es el teléfono de Harry. Llámale cuando quieras.

-Claro. – Contesté.

La chica sonreía mientras yo dirigía mi mirada al sitio de antes. ¿Y Harry? Había desaparecido.

No pareció hacerle mucha gracia eso de llevarme a la universidad, ni siquiera a mí me gustó.

La pareja cerró la puerta y de nuevo, Josh y yo, repetimos el mismo recorrido previo para abandonar ese portal.

Sin embargo, ya no me iba igual que había venido. Mi situación era completamente diferente. Parecía que el pasado se quería apoderar de este día que emprendía camino hacia el futuro en mi vida.

-¿Qué te pasa? – Preguntó Josh.

El sonido del ascensor desplazándose a la primera planta era lo único que se escuchaba.

-Nada. – Contesté sacudiendo mi cabeza.

-Estás callada.

-Lo siento, aún estoy…

-¿Tu padre? – Interrumpió.

Mi mirada se fijó congelada en la de él. Me entró un escalofrío cuando el chico pronunció eso. Era más que evidente que él pensaría que en mis pensamientos el que estaba habitando principalmente, era mi padre.

Pero lo que no sabía es que desde que Harry había vuelto a aparecer, todos mis pensamientos y esquemas, habían cambiado. Como si los hubieran descolocado e incluso destruido en parte. Todo en mi cabeza tenía que ver con  Harry ahora.

Era una pregunta constante que me llevaba haciendo unas horas: ¿Por qué?

¿Por qué aceptaría ir a cenar a casa de su hermano? ¿Por qué estaría Harry allí? ¡No había gente en el mundo y Dina tenía que ser su hermana!

El pasado nunca se rinde.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora