Metí la llave en la ranura de la puerta. La giré y me adentré dentro del piso.
Cerré la puerta tras de mí y me quité la chaqueta para dejarla en el perchero, junto al bolso.
Me dirigí hacia el baño para prepararme un baño calentito. Necesitaba relajarme después de todo.
Abrí la puerta y encendí el grifo dejando correr el agua caliente en la bañera.
-¿Dónde estabas? – Una voz ronca apareció detrás de mí, apoyando las dos manos en el arco de la puerta.
Me incliné recuperando mi postura habitual y miré a los ojos, de nuevo llenos de rabia, de Harry.
-S…olo fui a por tabaco. – Balbuceé.
-¿Por qué debo creerte? – Preguntó Harry.
-Debes, Harry… - Titubeé.
El chico rió sarcástico.
-¿Por qué coño no me avisas? – Insistía.
El insistente tono del chico hacía estremecerme y empezar a plantearme todo lo que Josh me había dicho horas antes.
-Pensé que no te importaría que bajase a comprar tabaco. - Contesté.
- Pero, ¿Por qué tengo que creerte? – Preguntó.
-Tengo el paquete ahí. – Contesté.
Harry se retiró del arco abriéndome paso y dejando que fuese a mostrarle que tenía el tabaco.
Di pasos hasta llegar a la chaqueta donde antes había guardado el paquete de tabaco. Introduje mi mano y saqué el paquete de tabaco, dejando caer detrás de él el número que me había dado Liam.
Mis ojos se agrandaron y mi pie corrió apresurado a taparlo con la suela para que Harry no lo viese.
-Aquí está… - Balbuceé nerviosa.
El chico dio pasos hacia mí y tomó el paquete de tabaco revisándolo. Tragó saliva y me miró culpable.
-Lo… lo siento. – Musitó él. – No quería ser tan brusco contigo. Es que la idea de…
-La idea de perderme te produce miedo. Lo sé, Harry…
El chico se acercó a mí con sus brazos extendidos. Acepté el abrazo intentando buscarle sentido, pero no lo encontré. Ese chico estaba siendo demasiado obsesivo y protector conmigo. Demasiado.
-Debes confiar más en mí, Harry.
-Lo sé.
-Yo no voy a hacer nada que te pueda hacer daño, jamás se me pasaría por la cabeza.
-Ya lo sé.
-Sólo debes tener un poco más de confianza en…
-¡Qué ya lo sé, joder!
El grito me intimidó. Sus ojos llenos de rabia de nuevo penetrando a los míos, que a su vez, estaban asustados.
-Te prometo que lo haré… - Musitó susurrando, arrepentido de su comportamiento.
Asentí débilmente con la cabeza.
-Voy a prepararme algo de comer… - Informó dándome de nuevo el paquete de tabaco y alejándose de mí, culpable.
Mi garganta tragó saliva apresuradamente. Me agaché a recoger el papel donde estaba el teléfono de Liam y lo guardé en el bolsillo del pantalón junto al tabaco.
Mi mente ahora conectaba un poco más con el razonamiento. El comportamiento de Harry estaba siendo demasiado protector, obsesivo y desconfiado.
Giré hacia el espejo de al lado del perchero y miré mi silueta. ¿Dónde estaba la chica que era antes? ¿La chica inocente? ¿La chica con libertad y sin droga en su cuerpo? Había desaparecido completamente, y todo gracias o por culpa de alguien: De Harry.
Quizás Josh tuviese razón. Quizás Grace no fuese tan mala amiga y estuviese intentando ayudarme en silencio. Quizás el problema de mi soledad no era culpa de mis padres ni de Grace. Quizás el problema, era yo.