Capítulo 44

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Aún todo estaba descolocado en mi mente, y aún permanecía mirando a los ojos de Josh cuando Dina salió de mi casa.

El chico parecía estar perdido, pero jamás podría estarlo más que yo.

-¿Nos vamos? – Propuso.

-¿Podemos esperar a que llegue mi madre? Me gustaría despedirme de ella.

-Mmm, sí. Claro. – Dijo.

Los dos llegamos al salón y nos sentamos cómodamente en el sofá donde minutos antes había estado sentada Dina.

Contenía las ganas de llorar que cada dos segundos me aparecían, mientras miraba a Josh con una sonrisa mirando la televisión.

Ahora que tenía todo claro, ahora que Josh parecía volver a encender todo eso que me había hecho sentir todo ese tiempo, ahora que todo parecía estar de nuevo ordenado…

Harry y su entorno parecían tener claro cuando yo estaba empezando a mantener el orden en mi cabeza, y se encargaban de venir y tirarme todo por los suelos de nuevo.

-¿Qué hacía aquí Dina? – Preguntó de nuevo Josh.

-Ya te lo he dicho. – Contesté con la voz temblorosa.

El chico me miró algo desafiante y se mantuvo así unos segundos. Después, la volvió de nuevo a la televisión.

-Supongo que sé vuestro tema de conversación.

Fruncí el ceño y le miré perdida. ¿Por qué decía eso? Suspiré haciendo sonar el aire en mis pulmones y tragué saliva.

-¿De qué? – Pregunté.

-De él.

Cerré los ojos pensando que era demasiado evidente.

-¿Por qué? – Preguntó. -¿Por qué, eh?

-No alucines, Josh.

-No lo hago. – De nuevo me devolvió la mirada y me sobrecogí yo sola. – Solo te pido que no juegues conmigo. Ya lo he pasado bastante mal.

-¿Estoy jugando contigo? – Pregunté sorprendida, sin dar abasto por lo que estaba escuchando.

-Mejor voy un segundo al baño.

Sus puños estaban presionados entre sí y le miré como desaparecía del salón, siguiéndole cada paso con la vista.

Suspiré y cerré los ojos sin miedo a que alguna lágrima se me escapase. Ahora no estaba.

Me arropé de nuevo con mis pensamientos y lo primero que se me aparecía en la absurdez de mi mente, era un tal Harry ¿Acaso le conocía? Me pregunté a mí misma con ironía.

¿Quién sobraba en mi vida? ¿Josh o el recuerdo casi tenue de Harry?

Me dolía que la imagen que Josh tenía de mi era de alguien que estaba jugando con él y con sus sentimientos.

El teléfono sonaba en el salón. Fruncí el ceño y me levanté abandonando un momento el mundo de pensamientos en el que vivía desde hacía alrededor de un mes.

Me acerqué al aparato y lo cogí aceptando la llamada.

-¿Sí? – Contesté.

-¿ Selena? – Preguntó una voz aguda y femenina.

-Sí. – Contesté perdida. -¿Quién es?

-Llamamos del hospital.

Mi boca se abrió de par en par dejando mostrar sorpresa.

El pasado nunca se rinde.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora