Capítulo 50

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Narra Harry:

Mordí mis labios mientras me deslizaba dentro del área y rodaba con el pie el balón por el suelo. El portero me miraba, con las rodillas flexionadas, esperando mi ataque.

“Esta es la tuya, Styles.” Me susurré.

La rabia de ese absurdo nombre rebotó en las paredes de mi cabeza y lancé con toda mi fuerza y rabia el balón. El portero no pudo parar aquel fuerte tiro, y cayó derrotado en el suelo. El balón se metió dentro de la red, y, en ese instante, miré hacia el banquillo, mirando como ella apretaba la bufanda y celebraba el gol.

Parte del pequeño estadio estaba celebrando mi gol. Sonreí satisfecho de haber cumplido con lo que la dije.

Corrí cerca de donde estaba ella y la señalé, celebrando en mi interior que esa sonrisa que estaba radiante en su rostro era por mí, como en los viejos tiempos.

Relamí mis labios cuando llegaba hacia donde estaban mis compañeros, pensando en que ella de nuevo me besó. No fui yo, fue ella la que me besó. Ambos nos besamos. Después de un año los dos nos dejamos llevar y nos envolvimos en lo que realmente no debería de haber terminado nunca.

Algunos de mi equipo me esperaban con los brazos abiertos para abrazarme y celebrar conmigo el triunfo.

La felicidad fue colmada cuando el árbitro, segundos después, finalizó el partido con dos fuertes pitidos de silbato.

Ahora todos los del equipo nos reunimos en el centro del campo y nos pusimos en corro para celebrar nuestra victoria a un equipo de casi primera división. No éramos nada malos.

Mi mirada se levantó un momento del centro y se dirigió hacia los banquillos, donde estaban Bob y el entrenador celebrando nuestro triunfo. Los jugadores del banquillo chocando sus manos satisfechos y… No había ni rastro de ella. ¿Dónde estaría?

Fruncí mi ceño pero seguí celebrando el triunfo, esperando a que los contrincantes pasasen a nuestro lado y les pudiese ensanchar la mano.

Pasaron en fila, uno a uno a nuestro lado, junto abucheos y halagos del público.

Sin embargo, en mi interior, yo seguía aturdido. ¿Dónde estaría ella?

Me acerqué a Bob mientras que los demás de mi equipo se metieron para los vestuarios.

Me quité la camiseta en el camino y sacudí mi pelo.

-Hola, Bob. – Musité interrumpiendo la conversación que mantenía con el entrenador.

-¡Eh, hola, Harry! – Exclamó.

El hombre enseguida se acercó hacia el banquillo y me tendió una botella de agua.

-Gracias. – Agradecí cuando la cogí.

-Lo has hecho genial, Harry. Estoy muy orgulloso de ti. Nunca me defraudas.

Me ruboricé y di un trago de agua largo. Tragaba mientras miraba a Bob, que me seguía felicitando entusiasmado.

-Esto… ¿Sabes dónde está Selena? – Pregunté.

El hombre paró su discurso y me miró frunciendo el ceño.

-En realidad no, se fue, pero…

Fruncí el ceño y miré hacia el suelo, cerrando la botella de agua y tendiendo la camiseta sobre mi hombro. El hombre parecía seguirme dando explicaciones pero yo no las escuché. Sacudí la cabeza y el pelo cayó sobre mi frente, empapándola de sudor frío.

-Quizás ande cerca. – De nuevo escuché salir de la boca de Bob.

Le sonreí y le di una pequeña palmadita en el brazo. Comencé a andar lo más rápido que pude hacia el pasillo gris. Entré y miré hacia ambos lados, no había nadie. Mi mente pensó por un segundo en todo lo que había pasado en la pared que tenía a unos metros de mí, con ella… Suspiré y, de nuevo me recoloqué la camiseta sobre mi hombro y emprendí camino hacia los vestuarios.

El pasado nunca se rinde.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora