Harry estaba sonriente mientras yo me mandaba miradas cómplices con mi madre.
Ambos estábamos sentados en el sofá reposando la gran comida que habíamos compartido.
-¿Y cómo se llama tu empresa, Harry? – Preguntó fascinado Bob.
-Lewis sport. – Contestó seguro de sí mismo.
-Bonito nombre. Quizás pueda participar en algún tipo de evento junto a mi empresa de fútbol. Y bueno, ya sabes que…
-Tengo que pensármelo, señor Bob. – Interrumpió el chico. – Pero muy amable por su oferta.
-Por supuesto. Ya sabes el tiempo que tienes para pensarlo.
Pero, ¿Cómo Bob estaba tan seguro de que Harry sería una buena inversión? No le conocía, ni siquiera le había visto jugar al fútbol. Vale, quizás tuviese buena resistencia física, ¿Pero y si luego no tiene puntería? ¿O no tiene artimañas?
Mi mirada se deslizó de nuevo a la de mi madre, quien contemplaba cariñosamente el rostro de Bob. Sonreí al verla ilusionada.
Mi móvil comenzó a sonar. Fruncí el ceño y le miré de reojo. Estaba en la mesa de mi izquierda.
Me incliné sobre mí misma un segundo y me atraganté con mi propia saliva cuando vi de quién se trataba.
Josh.
Mi boca se entreabrió y mis ojos estaban ardiendo.
-¿Quién es? – Preguntó curioseando mi madre.
-Es… es Josh. – Dije titubeante.
Las manos de Harry se oprimieron en sus rodillas. La rabia parecía mostrarse de nuevo en él. Esa rabia que había aprendido a controlar.
-¿Qué demonios quiere?
-No lo sé, mamá.
-Cógeselo, quizás cuelgue.
-No quiero cogérselo. Estoy demasiado enfadada.
Harry tragó saliva mientras esbozaba una poco disimulada sonrisa. Aun que lo intentó.
El teléfono dejó de sonar y la pantalla volvió a la oscura normalidad.
-Bueno, creo que yo ya me voy a ir. – Informó Harru levantándose.
Mi mirada se desplazó a la vez que él se incorporaba.
-¿A dónde?
-Tengo trabajo, Sel. Mi empresa no se mantiene sola.
Respiré encajando toda la situación e intentando devolver la paz a mi cuerpo.
-Quédate un rato más, Harry.
La mirada de mi madre pareció atravesarme de un lado a otro. No parecía muy contenta por tener la presencia de Harry.
-O bueno, iré contigo. - Añadí.
Harry se acercó a mi madre y le dio dos cariñosos besos a los que ella respondió gratamente.
Después, se acercó a Bob y le estrechó la mano. El hombre se puso de pie y aceptó su despedida.
-Espero que me llames pronto, Harry. Ya estoy deseando ver en la camiseta de mi equipo “Styles”
Mis ojos se agrandaron cuando el hombre pronunció eso. Oh, oh. Me levanté apresuradamente y le agarré de la espalda.
-Vamos Harry, vámonos. – Le apresuré.
El chico se dejó guiar por mis empujones. Grité a mi madre en forma de despedida y cogí una chaqueta de que había en el perchero junto a mi bolso, introduciendo en él mi móvil.