Capítulo 31: "El sabor de tus labios"

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—Amor, ¿son Mayra y Lucía las que están bajándose de aquel taxi frente a tu casa? —le pregunta Azul, a Emiliano.

—Sí, son ellas.

—No se suponía que vendrían hasta mañana temprano.

—Eso se suponía. Tal parece ser que nuestros planes de pasar la tarde, solos, en mi casa, se arruinaron.

—¡Señora Mayra! —Azul, le grita a su suegra, después de bajarse del auto de Emiliano. Tras ella, baja Emiliano.

—Mami, ¿qué hacen aquí? Las esperábamos hasta mañana.

—Para ser honesta, esa era la idea original, pero Lucía, tu hermana, pensó que lo más apropiado era regresarnos hoy. Así podríamos tener el tiempo suficiente para poder elegir los vestidos para mañana. Y por supuesto darles una sorpresa... Emiliano, ¿dónde está tu padre?

—Está en "E... steban —Emiliano, se da un palmazo en la frente.

—¿Qué te pasa? ¿por qué te golpeas? —Lucía, lo interroga.

—¡Rayos, me olvide de Esteban, en "Eva"!

—No conozco a nadie más que pueda olvidar de esa forma a una persona. Eres un caso hermanito —Lucía, se burla de Emiliano. 

—Les propongo algo: que les parece si vamos a "Eva", de una vez. Total, allá están papá y Esteban. De esa forma tanto tú, como Lucía, eligen sus vestidos. ¿Qué dices mami?

—No, Emiliano. Yo vengo rendida. Tampoco quiero andar cargando las maletas por la calle.

—A mi no me parece mala la idea de mi hermano. Paguemos el taxi y que nos lleve en su auto —Lucía, se mete en la conversación.

—Piénsalo, mamá, es más de medio día, por mucho que madruguen mañana es muy poco probable que les alcance el tiempo para arreglarse así tan guapas, como a ustedes les gusta.

—Emiliano, tiene razón, señora Mayra —Azul, también pone su granito de arena para tratar de convencer a Mayra—. Yo las puedo ayudar a elegir para que la tarea sea más rápida. De paso aprovecho para que su hijo escoja otro traje. El que él eligió, no me gusta para nada.

—¡Otra vez con lo mismo, Azul! —Emiliano, un tanto fastidiado.

—Y seguiré hasta que elijas otro traje. No puedo creer que le hayas pedido ayuda a Esteban, y no a mí que soy tu novia. Los hombres no tienen buen gusto para elegir ropa... y tu traje no combina con mi vestido.

—Vayan ustedes a "Eva", si así gustan —Mayra, sigue empecinada en quedarse y entrar a su casa—. Yo mañana temprano iré para elegir mi vestido.

—¡Mamá! —Lucía, le sale al paso a Mayra—. Dijimos que mañana iríamos al spa y luego al salón de belleza. Nos conozco bien, no vamos a elegir tu vestido y luego ir a esos lugares y estar listas a tiempo para la noche. No quiero andar corriendo. Vayamos de una vez.

—¡Pero andar cargando las maletas no me agrada!

—Es el auto de Emiliano, quien las cargara y, por supuesto, el las subirá a su auto.

—Sino hay remedio. Vamos a "Eva", de una vez. Ustedes, ganan.

Luego de que Mayra, pagará el taxi, Lucía, sube al auto de su hermano acompañado de su madre y Azul. Mientras tanto, Emiliano, apenas puede con tanta maleta. Cuando al fin logra guardarlas todas en el maletero, arranca el auto, sin que nadie se diera por enterado lo que estaba sucediendo entre Adán y Esteban, dentro de la casa.

—¡Eres un loco —le dice Esteban a Adán, mientras le acaricia de manera tierna el rostro.

—Debo de serlo. La verdad es que, durante todo este tiempo juntos, sin que me diera cuenta poco a poco me fui sintiendo cada vez más atraído a ti. Comencé a admirar tus ganas de superarte en la vida. Me recordaste a mi mismo cuando era joven. Ahora me siento tan conectado a ti.

Adán y Esteban Donde viven las historias. Descúbrelo ahora